El 14 de marzo, se celebra el Día de Acción contra las presas y por los ríos, el agua y la vida. Es su decimotercera edición y en muchas ciudades y países del mundo la gente se manifestará reivindicando la protección de los ríos y del agua y contra la construcción de presas.

Levantarse y no tener agua en casa nos da una idea de la importancia que el agua tiene en nuestras vidas. Literalmente: no podemos vivir sin agua. El habernos enfrentado a esta experiencia nos ha hecho conscientes de que es un recurso imprescindible, pero no nos ha enseñado a apreciarlo en toda su dimensión, a cuidarlo como el más preciado regalo que la naturaleza nos puede dar.

Según un artículo de la Carta Europea del Agua –Estrasburgo 1968- “Alterar la calidad del agua es atentar contra la vida del hombre y de los otros seres vivos que de ella dependen”. La mala calidad del agua, además de su escasez y su mala distribución por el planeta unido a todo lo concerniente con el mal uso que hacemos de ella hacen necesario que como hoy, se nos recuerde a todos que es un bien vital, escaso y maltratado. Escasamente un 1% del agua del planeta puede ser empleado por el hombre en la industria, la agricultura y la ganadería y el consumo doméstico.
Algunos problemas a los que se enfrentan los ríos:

Sobreexplotación. Conforme las poblaciones humanas crecen, lo hacen sus necesidades de agua. Los caudales por tanto disminuyen afectando ello a sus ecosistemas.
Vertidos: aguas residuales procedentes de la industria, de la limpieza de calles, de colectores pluviales y lixiviados, o de nuestras viviendas (fecales o de lavado) se vierten – a veces directamente, sin ningún tipo de depuración a ríos y lagos.
Presas o represas: Embalsar agua produce un impacto sobre los ecosistemas existentes en la zona donde se crea y en las zonas donde se emplea esa agua.

Ecologistas en Acción de Sierra Bermeja lanza el siguientes mensaje: Proteger nuestros ríos requiere ser conscientes de su importancia y estar informado sobre los usos del agua.

Pensemos por ejemplo en el siguiente ejemplo: el agua que contiene un café no es solo la que se necesita para la cafetera- También hay que tener en cuenta la que se empleó para regar la planta, recogerla, transportarla, hacer su envase y venderlo y, ya por último, preparar el café. A toda esa cantidad de “ agua escondida” se le denomina Huella Hídrica de la producción. Así que en realidad, tomando un café, estamos consumiendo 140 litros de agua. Si le añades leche, azúcar y un vaso de usar y tirar :200 litros. Imaginemos producir 1 kilo de carne, una camiseta, un coche o un avión. Si antes de consumir o ensuciar el agua (detergentes, innecesarios productos de limpieza, separación de aceites y grasas…) pensamos en que ese agua que estamos usando es el hogar de una nutria que vive más arriba o de una trucha a la que le picarán los ojos si añadimos más legia de la cuenta al agua de fregar el baño…tal vez protejamos ese tesoro.

Y para ver in situ, en nuestro entorno, en Estepona, un atropello a una ribera de río y sus ecosistemas nos podemos acercar a las canteras de arroyo Vaquero o arroyo En medio o vertidos de aguas residuales directamente al río, que unos metros más abajo descargará en esa playa en la que lucirá una espléndida bandera azul este verano podemos acercarnos al puente del arroyo de La Cala en el paseo marítimo y juzgar si la bandera negra que Ecologistas en Acción le va a otorgar es merecida o no.