Es curioso que parte, si no todas, de las centrales nucleares japonesas no puedan resistir un tsunami, cuando ésta es una palabra japonesa, es decir, algo entenderán de tsunamis en el país de los tsunamis, un país levantado en una de las zonas de más actividad sísmica del planeta. Me pregunto que hubiera pasado si el tsunami hubiera arrasado un parque eólico, seguramente la población estaría aterrada y las autoridades japonesas no podrían concentrarse en la atención a las victimas del sismo y a la reconstrucción porque el peligro de que un aspa de molino llegue a Tokio y haya que evacuar por ello a 36 millones de personas se lo impidirían.

Hay que poner mucho esfuerzo para no percibir la estupidez de la situación, al final muchos muelles en los puentes, muchos rascacielos flexibles y lo que hace vulnerable a Japón es la misma tecnología, esta vez civil, que arrasó con varios centenares de miles personas al final de la 2º Guerra Mundial, la nuclear. El país más tecnificado del mundo es extramademente vulnerable por culpa de su parque nuclear, qué curioso. Atentados terroristas, terremotos, maremotos, fallos humanos, ataques bélicos, tifones…, todos conspirando contra la energía nuclear, qué mala es la Naturaleza, mala y repetitiva, cansina, vamos: en los miles de años que nos queda de energía nuclear (seguirá habiendo almacenes radioactivos siglos después de que cierren todas las centrales) habrá unos cuantos terremotos, de hecho se registra un gran terremoto en el mundo de entre 8 y 9 grados cada 10 o 12 años, así que hagan la cuenta.

Es rigurosamente falso que los niveles de radioactividad en los zonas de exclusión (en los primeros 20 kilómetros es de evacuación, ya se han evacuado a unas 210.000 personas) se estén registrando niveles de radiación dentro de los límites legales, eso ya no lo dice ni el CSN que ha ido corrigiendo su tono ridículamente optimista en función del desarrollo inquietante de los hechos. Pero bueno con argumentos pronucleares así más fácil será ganar adeptos a cualquier otro modelo energético que sustituya la aportación eléctrica de las nucleares.

En cualquier caso la estrategia comunicativa del lobby nuclear europeo no está siendo como la patética postura del lobby español de minimizar la amenaza nuclear. Al contrario, como la situación es súmamente grave, y probablemente vaya a peor si hoy mismo no impiden que los núcleos empiecen a fundirse, parece que han acordado dar el mensaje (en boca de las autoridades francesas y del comisario europeo de energía) de que los japoneses no están gestionando bien la crisis, que en definitiva eso no sucedería en Europa por que aquí no somos zoquetes pronucleares, aquí asumimos que hay riesgos, pero eso sí con toda seriedad y transparencia vamos a poner a punto el que dicen es el parque nuclear más seguro del mundo, el europeo. Es muy llamativo escuchar al Consejo de Seguridad Nuclear francés elevar a 8 el grado de amenaza nuclear en Japón, o al comisario europeo de energía hablar de apocalipsis o de llamar incompetentes a las autoridades japonesas.

Sí, esto es un varapalo para el lobby nuclear y sus mitos, y hay que aprovecharlo para poner fin a esta irresponsable locura nuclear en la que nos han metido los gobiernos, la industria energética y militar, hay que cerrar las centrales y dar carpetazo a una etapa particularmente estúpida y peligrosa en la historia humana, y centrarnos en energías más seguras, mientras endosamos la deuda nuclear a nuestros descendientes que tendrán que gestionar los residuos radioactivos frente a las inclemencias de una Naturaleza viva, con sus terremotos, volcanes y otras obras del Demonio.

Por Francisco Rodríguez