Me gusta mucho este símil: un elefante al que han obligado desde pequeño a no moverse permanece quieto y amarrado a una pequeña estaca. Él mismo podría liberarse de su atadura sin excesivo esfuerzo. Pero ni lo intenta, porque así le han educado.

Para leer estos libros te recomiendo cambiar de gafas. O, dicho de otro modo, abrir tu mente. Efectivamente, la primera cuestión que nos impide afrontar la existencia que nos toca vivir es que miramos el mundo desde una perspectiva impuesta. Nos han educado en el capitalismo y, con él, hemos heredado ideas y mecanismos equivocados y que nos pesan. Debemos echar lastre si pretendemos liberarnos. Empezando en nuestras propias cabezas.

Ramón Fernández Durán es una buena persona. Lo sabemos por sus amigas, sus compañeros, sus familiares y las numerosas muestras de cariño que está recibiendo desde diversos ámbitos colectivos. Yo no lo conozco más allá del intenso vínculo que establecemos entre autor y lector, más si cabe cuando compartimos cosmovisiones y planteamientos sociales. Además, Ramón es ingeniero de caminos, urbanista y un ser humano implicado desde hace décadas con movimientos anticapitalistas, ecologistas, antimilitaristas y de emancipación social. Ha escrito valiosos textos sobre el transporte, la energía, la metrópoli, los recurosos naturales o Europa, entre otros temas. Muchos de sus libros los podéis leer directamente en interné o gracias a editoriales como Virus o Libros en Acción, entre otras, y el periódico Diagonal.

En “La Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030”, Ramón Fernández Durán nos regala su legado social y ecologista. Un libro en el que comparte sus visiones de la vida y su aprendizaje. Un libro inacabado en el que lleva varios años trabajando pero que no podrá terminar, consecuencia de una grave enfermedad. Estas cien páginas son el capítulo introductorio de un tomo más amplio que desarrollará Luis González, compañero de Ecologistas en Acción.

Esta cuestión para mí es muy relevante. No nos hayamos ante libros que fomentan un culto al ego, una personalización de las ideas o un cierto “tufillo” de soberbia intelectual, que a veces a mí personalmente me “tiran para atrás” cuando afronto una lectura. Estos libros son todo lo contrario. Son el resultado de un intenso trabajo plural, a partir de la acción en colectivos como el citado, un fruto de la unión investigadora y militante de personas comprometidas con el planeta y sus luchas para defenderlo.

En “Cambiar las gafas para mirar el mundo” encontramos una lista extensa de autores, muchas de ellas mujeres. Con Yayo Herrero, Fernando Cembranos y Marta Pascual en la coordinación. Además de un prólogo y un curioso epílogo poético de Jorge Riechman, afilado escritor y ecologista.

¿Por qué tenemos que cambiar de gafas para leer estos libros? En primer lugar, para no asustarnos. Nos hayamos ante lecturas que llaman a las cosas por su nombre. Tal y como cuando nos adentramos en el cruel mundo tras los muros de las prisiones, la perversa violencia doméstica o la oscura explotación a los animales, tenemos que saber que algunas de las cuestiones que descubriremos nos van a remover las entrañas. Entrar en una cueva, caminar entre tinieblas, escuchar testimonios de torturas,… nos puede dar miedo. Y no se trata de eso.

Estos no son libros pesimistas. Ni tan siquiera catastrofistas. Nos plantean, de forma razonable y contrastada (a través de aportaciones científicas y de saberes populares) que el mundo tal y como lo conocemos no es perdurable. Nos anuncian el colapso de la civilización capitalista, la ruina ecológica y el agotamiento cercano de los recursos energéticos que hacen que, hasta ahora, “la máquina no pare”.

¿Te has cambiado ya de gafas? ¿Asumes que estamos ante la quiebra del capitalismo?

Te recomiendo leer primero los libros de Ramón Fernández Durán y dejar para después “Cambiar las gafas para mirar el mundo”. Yo así lo he hecho (según llegaban a la librería y centro social La Pantera Rossa) y me alegro de que así haya sido.

Gracias a los libros de Ramón podremos comprender por qué se agotan los recursos fósiles (petróleo y gas los primeros) y cómo se está destruyendo irreversiblemente la biodiversidad del planeta. En la primera década del siglo XXI ya hemos comprobado nuestra incapacidad de sortear la crisis sistémica. Ahora nos toca aceptar un imposible futuro en el sistema urbano-agroindustrial actual y afrontar el colapso de esta sociedad mediante la difusión de alternativas colectivas que nos permitan ser más felices y vivir mejor. De eso se trata, que nadie se despiste.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Si dejamos atrás el “sálvese quien pueda” o el “no veo, no oigo, no hablo” que cacarean los más despiadados neoliberales, podemos cambiarnos a otras gafas. Unas multicolores y con poliédricos visores y alcances.

En “Cambiar las gafas para mirar el mundo” econtramos algunos caminos trazados y otros por andar. Una serie de propuestas más o menos concretas, pero que en todos los casos están por evolucionar. Es un libro que no te tienes que leer de principio a final. De hecho, te sugiero que no lo devores (como yo hice) y leas cada capítulo que te interese por separado, sin necesidad de abordar “de golpe” sus más de 400 páginas.

La nueva cultura de la sostenibilidad, que nos permitirá seguir habitando en el planeta Tierra, la tenemos que crear entre todas, cada una desde su perspectiva, situación personal y colectiva, saberes y posibilidades. En este texto se señala, con urgencia, algunas pautas para parar y variar el mundo mediante la transformación profunda de nuestros modos de vida.

¿Pero cómo? Son muchas las formas. Queremos vivir en paz, conocer los ciclos naturales de la vida, fomentar la riqueza de las relaciones sociales, promover la diversidad, conformar una sociedad democrática y justa,… y sí, amiga, vivir con menos. Asumir que no podemos vivir con tantas cosas, tantos coches, tantos viajes, tanta contaminación, tanta velocidad, tantos pesticidas, tanta producción inútil, tanta basura, tantos conservantes, tantos aparatos eléctricos.

La ciencia, la tecnología, el uso de la energía, la economía, la movilidad, la comunicación, la educación,… podrían caminar hacia la sostenibilidad y no hacia la destrucción. Así, el fomento de los cuidados (y el reconocimiento de sus trabajos por la comunidad), la equidad social y el fin de la miseria serían objetivos posibles.

Eso sí, que nadie piense que va a ser fácil. En estos libros se nos remarca este postulado. Las guerras por el control y la extracción de los recursos, la previsible escalada de un fascismo que pretenderá someternos (para tenernos atados como al elefante) y los drásticos cambios en la naturaleza son tres de las muchas cuestiones que nos dificultarán el tejido de las alternativas.

En nuestra mano está. ¡¡Vamos, compas!!

Para terminar esta extensa reseña quería destacar, como apuntaba antes, que en y más allá de estos libros hay un montón de saberes compartidos y de lecturas previas y posteriores. Por citar algunas de las muchas referencias que se apuntan, destaco aquí (porque se repiten o porque me han gustado especialmente) algunas de ellas: Los amigos de Ludd, José Manuel Naredo, Amaya Orozco, Nicholas Georgescu-Roegen, Ivan Illich, Jorge Richmann o Vandada Shiva, entre otras. ¡Cuántas lecturas para pasar a la acción!

A Ramón Fernández Durán, al que ofreceremos un merecido homenaje este miércoles 27 de abril desde las 7 de la tarde en La Pantera Rossa de Zaragoza. Nos acompañarán colectivos y personas amigas de Ramón, como Cristina Leralta, desde Olba (Teruel) y todas las que queráis venir.

Y al día siguiente, jueves 28, Toño Hernández también visitará la ciudad del cierzo para presentarnos, como coautor, “Cambiar las gafas para mirar el mundo”, en un acto colectivo que tendrá lugar en Treziclo, también desde las 7 de la tarde, y en el que intervendrán otros colectivos y Rubén Surinach de la revista Opcions de Catalunya.

Nacho Escartín, La enredadera de Radio Topo laenredadera.noblezabaturra.org
(y del grupo de Zaragoza de Ecologistas en Acción)