Además de las cuatro bombas nucleares que cayeron sobre Palomares (Almería) en 17 de enero de 1966, en Andalucía padecemos el tráfico nuclear militar por el Estrecho, con o sin armamento nuclear a bordo, sin tocar puertos españoles pero que en caso de accidente nos afectaría igual.

Las bases de Rota, Morón y Gibraltar podrían ser, llegado el caso, blancos militares de carácter atómico por parte de otras potencias.

Puede haber tráfico terrestre y portuario, sobre todo a través de Algeciras, de contenedores con desechos nucleares españoles con distintos fines.

Hay atraques de naves militares nucleares -se entiende: de propulsión nuclear y, quizás, con armamento nuclear a bordo- en Rota y Gibraltar (recuérdese el Tireless averiado en 2001). ¿Qué nos ocurriría si una de esas naves atracadas en Rota o Gibraltar fuera objeto de un atentado terrorista?.

Se ignora si hay contaminación radioactiva que haya podido tener lugar en las Bahías de Algeciras y Cádiz. Y por último, existe la posibilidad, técnicamente viable, de almacenamiento de armas atómicas, o sus elementos desensamblados, en los polvorines de las bases de Rota, Morón y Gibraltar –los misiles atómicos Polaris estuvieron en Rota hasta 1979–. Andalucía es, por varios peligrosos motivos, una Fukushima en potencia, pero el gobierno no informa de nada…¿hasta que ocurra algo muy grave como en Japón?. El convenio España-EE.UU. reconoce el riesgo de accidente nuclear militar, ¿cómo entonces no hay planes de evacuación para la zona?.

Por Cristóbal Orellana González, de la Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía