El Ministerio de Medio Ambiente rechaza definitivamente el dragado de profundización del Guadalquivir.

Asume el Dictamen de la Comisión de Expertos, tal como se reclamaba desde Ecologistas en Acción y la Plataforma por un Río Vivo.

Tal como veníamos reclamando, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) ha rechazado definitivamente el proyecto de dragado de profundización del estuario del Guadalquivir, en línea con lo que los estudios científicos y el comité de expertos, creado ex proceso ya habían planteado. La situación dramática por la que atraviesa el Guadalquivir, afectado por una disminución brutal de sus aportes de agua dulce y la calidad de éstas (represadas en los numerosos embalses de su cuenca y especialmente por el papel que cumple la presa de Alcalá), dominado por las llenantes de las mareas, soportando unos sedimentos y niveles de turbidez que imposibilitan prácticamente la producción biológica primaria (la luz no penetra y con ello se imposibilita la fotosíntesis), con los brazos tradicionales del río desconectados de su cauce y los llanos mareales que antes se extendían antes de su desembocadura, prácticamente desaparecidos; no podía soportar un proyecto de tanto impacto como el defendido por la Autoridad Portuaria, de aumento del calado en 2 metros de todo el canal de navegación hasta Sevilla. Así lo precisó la comisión científica y le fue demandado al Ministerio tanto por la Plataforma por un Río Vivo, como por la propia UNESCO o la comisión de seguimiento del Convenio de Ramsar (para la protección de los humedales de interés internacional).

Rechazado de una vez el proyecto, lo que se hace urgente, es poner en marcha las medidas necesarias para la recuperación de todo el estuario, lo que sin duda, debe de comenzar por una gestión integral del río, que contemple como una unidad los usos que sobre él se plantean y coordine las actuaciones de los usos de las distintas administraciones con competencias e incidencias en el Guadalquivir.

Hay que acometer el aumento y la mejora de los caudales de agua dulce, escasísimos, que hasta ahora aporta el río al estuario, recuperar llanuras mareales y reconectar los brazos del río con su cauce principal así como actuar en toda la cuenca para disminuir los sedimentos, los pesticidas y los vertidos sin depurar que llegan al río. Especial atención habrá que poner en solucionar los problemas de turbidez, que cada vez duran más meses, este año casi todo el verano y la primavera, con sus graves incidencias en la comunidad biótica del río.

El Guadalquivir no puede seguir siendo la cloaca de Andalucía y todas las aguas que a él lleguen, ya sean de origen urbano o industrial, deben llegar depuradas, situación que está lejos de ser así en la actualidad.

Valorar positivamente, por tanto, esta decisión del MARM e instar a las distintas administraciones a la aplicación urgente de las medidas necesarias para salvar el río.