El ruido es una amenaza para la salud que llega a superar la del tabaquismo pasivo o la contaminación del aire. Supone un problema especialmente grave en la ciudad de Madrid, donde cerca del 20 por ciento de la población sufre niveles sonoros perjudiciales que deberían ser controlados de manera urgente. Sin embargo, el Ayuntamiento incumple la ley que obliga a presentar un mapa de ruidos cada cinco años.

En 2012 se tendría que haber presentado públicamente la actualización del mapa de ruido correspondiente al año anterior, según aplicación de la Ley de Ruido de 2003 y su desarrollo en el Real Decreto 1513/2005. Esta normativa obliga a los ayuntamientos y comunidades autónomas a presentar representaciones cartográficas de los niveles de presión sonora existentes en una zona y periodo determinados y un plan de acción para mejorar la situación. En Madrid, el mapa no ha llegado más de un año después de lo que marca la ley.

Los mapas de ruido sirven para reflejar los porcentajes de población expuesta a niveles sonoros perjudiciales. En el mapa de Madrid de 2006 se observa que una parte importante de la población está expuesta a valores superiores a los objetivos de calidad establecidos en la normativa española para zonas residenciales (65dBA día / 55dBA noche) y aún más a los aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (50dBA día / 40dBA noche).

El 15% de la población madrileña sufre niveles de ruido medios por encima de los límites de la normativa española durante el día y 20% durante la noche, de acuerdo al mapa de 2006. Un porcentaje que, muy probablemente, no ha bajado. Y es que, a falta de un mapa actualizado y su correspondiente cálculo de porcentajes, Ecologistas en Acción ha analizado los datos puntuales de las estaciones de medición. Muestran que en 2011 los valores por la noche siguen superando los límites en la misma medida.

Altos niveles de ruido producen un impacto negativo en la calidad de vida y la salud, siendo la contaminación acústica una de las principales causas de estrés y malestar entre la población de las ciudades. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente EEA, el riesgo para la salud causado por el ruido es muy superior a los del tabaquismo pasivo o a la contaminación de aire por ozono y partículas.

En base a los datos disponibles en Madrid, se puede calcular el porcentaje de casos de infartos (1,13%) y de hipertensión (5,73%) desencadenados posiblemente por esta causa. Los altos niveles sonoros son especialmente perjudiciales por la noche, por las molestias y alteraciones del sueño que provocan.

A pesar de la existencia de planes de acción contra el ruido y la contaminación, la situación tampoco ha mejorado de manera significativa desde 2006. Siguen sin aplicarse medidas efectivas sobre el tráfico rodado, que provoca el 80% de la exposición al ruido en entornos urbanos, y últimamente se centran en el control del ocio nocturno.

Esta actitud pasiva del Ayuntamiento es incomprensible si se tiene en cuenta que la contaminación acústica y la contaminación del aire provienen principalmente de ese tráfico, por lo que su control serviría para disminuir ambos problemas para la salud de la población. Medidas como la campaña de los 30Km/h aumentarían la calidad de vida y la salud de la ciudadanía madrileña.

Ecologistas en Acción denuncia el retraso ilegal e injustificado en proporcionar los datos sobre los niveles de ruido según se establece en la actual normativa y el poco interés de las administraciones locales en solucionar un problema que afecta a la salud de gran parte de la población tanto en Madrid como en el resto de ciudades españolas.