Por sexto año consecutivo nos enfrentamos al mismo tema de siempre, el despilfarro de fondos públicos para adaptar el río a una navegación insostenible, sin entender que el río aporta agua y sedimentos, que es algo connatural al mismo y que por mucho que nos empeñemos no tiene sentido este modelo de navegación. En este momento, con el fin de justificar este nuevo dragado, el consejero Jerónimo Blasco se apoya en diferentes colectivos recreativos que solicitan al Ayuntamiento el dragado del Ebro en Zaragoza, sin embargo siempre ha desatendido las peticiones contrarias al mismo como la que formularon dieciséis científicos especialistas en dinámica fluvial y ecosistemas acuáticos en el 2008 y en la que se le demandaba desistiera de ese modelo de navegación. En este momento se apoya en dichos colectivos pro-dragado para solicitar al INAGA y a la CHE que lo permitan, que no pongan trabas ambientales, y éstos, tan solícitos como siempre, ya han dado las bendiciones. O sea, lo de siempre: la propuesta es de bajo presupuesto y “suave”, empleándose el eufemismo de que solo se van a “recolocar y dispersar” las gravas sin extraerlas.

Como tantas otras veces, hay que insistir en que el dragado es dañino para el río, altera su geomorfología, modifica condiciones de flujo y afecta a toda la cadena trófica del río, en especial a los seres vivos que viven en las gravas, algunos de ellos en peligro de extinción como la margaritifera y otras nayades. Sin olvidar que todo ello repercute en la calidad de agua del río de la cual bebemos todos los ribereños.

Y además es inútil, como se demuestra año tras año, por lo que es una inversión insostenible. También supone una mala práctica ambiental ya que constituye un muy mal ejemplo, un mal precedente para los agricultores navarros y aragoneses que demandan, ante cada crecida, acciones similares y que no entienden como se les deniega sus peticiones y se permite la del capricho de navegación zaragozano. Se educa con el ejemplo y el gobierno municipal con estas actuaciones está demostrando que no conoce el funcionamiento del río ni quiere conocerlo. Es necesario que de una vez admitan que ni las demandas para proteger los campos de cultivo ni estas para un ocio recreativo insostenible se resuelven mediante el dragado del río.

¿Para cuándo una navegación sostenible económica y ambientalmente?

Se ha demostrado que ni el azud, aprobado siendo alcaldesa Luisa Fernanda Rudi y que nos costó 24 millones de euros a la ciudad, ni los sucesivos dragados han dado solución a la navegación.

Los abajo firmantes solicitamos al consistorio zaragozano que entre en razón y tanto las embarcaciones como las zonas de embarque se adapten a las características del cauce del Ebro. Un río como el nuestro solo permite embarcaciones de mínimo calado y exige modificar continuamente, en función de la dinámica fluvial, los recorridos y las zonas de salida y llegada. Si se quiere navegar en un río mediterráneo de gravas hay que aceptar estas condiciones, como siempre se hizo en el pasado.

Asociaciones firmantes: CIREF, Fundación Nueva Cultura del agua, ANSAR, COAGRET, Asociación de Vecinos La Madalena, Asociación de Vecinos Venecia-Montes de Torrero, Asociación de Vecinos La Paz, Ecologistas en Acción, Equipo Triacanthos, Asociación Utebo Solidario, Asociación de Vecinos Rey Fernando, Asociación de Vecinos Movera Dos Ríos, Asociación de Vecinos Las Fuentes, Asociación de amigos del río y los Espacios Naturales de Alcañiz, Asociación de amigos de los Humedales de Tauste, Asociación de vecinos de San José, Asociación de vecinos de Delicias.