El Consejo de Ministros de la UE ha aceptado de manera formal fortalecer la prohibición que la UE impulsó en contra del cercenamiento de aletas de tiburones, cuya práctica indiscriminada consiste en quitar las aletas a los tiburones y arrojar lo que resta de los cuerpos al mar. Ecologistas en Acción critica la lamentable oposición que el Gobierno español ha realizado en el seno de la UE a la aprobación de esta norma.

El Consejo de Ministros de la UE, pese a la oposición de España y Portugal, ha aceptado de manera formal fortalecer la prohibición que la UE impulsó en contra del cercenamiento de aletas de tiburones, cuya práctica indiscriminada consiste en quitar las aletas a los tiburones y arrojar lo que resta de los cuerpos al mar.

Durante años se debatió la necesidad de fortalecer dicha prohibición que la UE estableció en el año 2003. En noviembre del 2001, la Comisión Europea presentó una propuesta para que no se permitiera la extracción de las aletas de ningún tiburón que fuese llevado al puerto. En noviembre de 2012, dicho informe recibió 566 votos a favor del Parlamento Europeo y 47 fueron negativos.

Finalmente, el Consejo de Ministros acaba de aprobar el documento al estar de acuerdo con el Parlamento, confirmando las posturas adoptadas por los ministros de pesca en Marzo de 2012 y concluyendo con el proceso para establecer una nueva regulación en la UE.

La coalición Shark Alliance, de la que Ecologistas en Acción forma parte activa, ha realizado durante años campañas a favor de este asunto.

Ecologistas en Acción se congratula de la decisión de los ministros de pesca de la UE, del Parlamento Europeo y de la Comisión Europea por haber logrado un acuerdo con el que finalmente se llenan todos los vacíos legales respecto a la prohibición de cercenamiento dentro de la UE y agradeció a todos los grupos e individuos que colaboraron para alcanzar dicho resultado.

Esta regulación entrará en vigor transcurridos siete días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea.

Antecedentes:

Aunque la UE prohibió el cercenamiento en 2003, en esta reglamentación se exceptuaban los casos en que los pescadores tenían el permiso de extirpar las aletas de los tiburones, siempre y cuando se encontraran a bordo, y luego apartarlas de los cuerpos. Para controlar su cumplimiento, se utilizaba un procedimiento complejo mediante el cual se medían y comparaban los pesos de las aletas y los pesos del cuerpo entero de los tiburones, por lo que era muy probable que muchos casos de cercenamiento no fuesen detectados.

En gran medida se considera que el prohibir la extirpación las aletas a bordo, y así exigir que los tiburones desembarcados no sean separados de sus aletas, es el medio más confiable de implementar la prohibición del cercenamiento. Esta estrategia de “aletas naturalmente adheridas” también permite obtener información más precisa sobre las especies específicas que son desembarcadas, la cual es esencial para las evaluaciones que realiza la población y para la administración de los pescadores.