Ecologistas en Acción denuncia que varios miembros de la organización fueron obligados por unos militares del Museo del Aire a abandonar los trabajos de consolidación de una rampa para facilitar el paso de cientos de ciclistas y peatones por el suroeste de Madrid. La paradoja es que, junto al resto de usuarios de los caminos públicos, los propios militares utilizan esta rampa para hacer deporte.

La rampa se sitúa a la altura del Museo del Aire, km 11 de la A-5, en el término de Madrid. Por iniciativa de varias entidades sociales, entre las que estaba Ecologistas en Acción, desde el pasado febrero se procedió al acarreo de tierras para salvar un desnivel que suponía un obstáculo para las comunicaciones peatonales y en bicicleta por caminos y vías pecuarias entre Leganés, Alcorcón, Getafe o Fuenlabrada y el sur de la ciudad de Madrid.

Hasta que los activistas construyeron la rampa, los cientos de usurarios de ese paso se veían obligados a descabalgar de las bicicletas y escalar un desnivel de pared de 1,70 con una barandilla metálica de por medio. Su eliminación ha supuesto facilitar el paso de una forma evidente. Lo que suponía de esfuerzo y molestia se traduce ahora en una invitación a la práctica del cicloturismo y paseo.

Después de las últimas tormentas, los activistas acudieron el jueves a consolidar la rampa de tierra. Pero, sin justificación ni motivo aparente, un militar conminó a dos miembros de Ecologistas en Acción a abandonar los trabajos y a retirar un cartel que se encontraba expuesto desde hacía semanas junto a la rampa. Los ecologistas se negaron a la retirada del citado cartel anunciador de la rampa.

Ecologistas en Acción no entiende esta actitud intolerante y coactiva ante una iniciativa ciudadana de coste cero en una vía pública. Se evidencia la inoperancia de las administraciones, que realizan inversiones desmesuradas en infraestructuras para el transporte a motor y desatienden la movilidad sostenible.

Los beneficiarios de esta rampa son personas de estos municipios que encuentran numerosas dificultades para transitar a pie o en bicicleta debido a los cortes de vías pecuarias y caminos públicos de la geografía madrileña. La rampa del conflicto se encuentra cerca del ámbito de la vía pecuaria Cañada de Extremadura o de Retamares (75 metros de anchura), invadida por la A-5 y de la Vereda de Castilla (21 m de ancho), seccionada sin contemplaciones también por esta autovía.

Resulta paradójico que un militar obstaculizara los trabajos en la rampa, cuando sus compañeros la usan para hacer deporte, como han podido comprobar los miembros de Ecologistas en Acción. Y también es chocante que suceda en un momento en el que se promociona la bicicleta pública en Madrid.

Ecologistas en Acción, junto con las otras entidades copartícipes en la construcción de esta sencilla y efectiva obra de paso, iniciará una campaña de recogida de firmas y denuncia por estas coacciones. Asimismo hace una llamada a los responsables de los municipios ciudadanos colindantes para habilitar pasos y tránsitos adecuados, según marca la normativa legal, para que el tránsito cómodo y seguro de ciclistas, peatones, deportistas y ganados pueda ser una realidad.