Hoy, día 2 de febrero, se celebra el Día Mundial de las Zonas Húmedas, en motivo del aniversario de la firma del Convenio sobre los humedales de importancia internacional, celebrado en la ciudad iraní de Ramsar en 1971. Este tratado internacional tiene como objetivo la conservación y el uso racional de las zonas húmedas y de sus recursos. En total han sido designados 2168 humedales en los 168 países firmantes de ese Convenio.

En el País Valencià hay seis humedales Ramsar (Albufera de Valencia y Marjal Pegó-Oliva en Valencia; Lagunas de la Mata, Salinas de Santa Pola y Torrevieja y Pantano del Hondo en Alicante; Prat de Cabanes-Torreblanca en Castellón) cifra que no ha aumentado desde 1994 y no porque no hayan humedales sino, más bien, por la poca voluntad del Gobierno Valenciano hacia la conservación de estos importantes ambientes palustres de enorme biodiversidad.

Existen 48 zonas húmedas que están incluidas en el Catálogo Valenciano de Zonas Húmedas, aprobado en 2002 y en el Inventario Español de Humedales, aprobado en 2011 (diez en Castellón; diecinueve en Valencia y diecinueve en Alicante), que incluyen a las designadas en Ramsar y a otras, que en su mayoría pertenecen a la Red Natura 2000 y han sido declaradas Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) o Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), en cumplimiento de las Directivas Europeas de Hábitats y Aves. Esas zonas húmedas carecen, en su mayor parte, de normativa de gestión que regule los usos y establezca los objetivos de conservación de las especies y hábitats protegidos.

En Castellón, de la diez zonas húmedas que están incluidas en el Catálogo Valenciano de Zonas Húmedas y en el Inventario Español de Humedales, la administración tan sólo reconoce y cataloga tres zonas húmedas en toda la comarca del Baix Maestrat (desembocadura del río Senia, marjal de Peñíscola y desembocadura del río Coves), aunque existen muchos más humedales, pero claramente desprotegidos (con lámina permanente de agua en las desembocaduras del Servol y Aiguadoliva en Vinaròs; rambla Alcalá o Barranquet en Benicarló; con lámina estacional de agua o saladares en la desembocadura de los barrancos de Salinas en Vinaròs; río Seco en Benicarló y bco. del Atmeler en Alcossebre; laguna endorreica de Sant Mateu; etc.) y otras con grandes posibilidades de recuperación y que actualmente son zonas agrícolas o están drenadas (Ej. Llacunes de La Jana, Salzadella, etc.). Un “olvido intencionado” de más del 90% de los humedales comarcales, cuyas consecuencias son un paulatina alteración/desaparición debido a vertidos, proyectos de infraestructuras, proyectos urbanísticos, desecaciones, etc.

En general las zonas húmedas del Baix Maestrat no gozan de buena salud y están desprotegidas; siguen siendo agredidas sistemáticamente gracias a nuestro desarrollismo incontrolado (colmataciones y desecaciones, vertidos de residuos sólidos y aguas residuales, drenajes, infraestructuras, urbanismo, impactos agrícolas, incendios, etc.) o por fenómenos naturales (intrusión marina, temporales, cambio climático, etc.) o bien por actuaciones públicas de puesta en valor y recuperación (caminos y pasarelas por el interior de humedales con graves afecciones por vertidos de residuos, desconcienciación ciudadana, presión humana, entrada de depredadores domésticos, fomento de incendios, etc.). Hoy en día los ríos, ramblas y barrancos siguen siendo utilizados como vertederos incontrolados que al final depositan los residuos en los fondos marinos tras las escorrentías estacionales; son demasiados los proyectos de canalización y drenaje de sus cauces, que proponen la alteración de toda su riqueza ambiental, paisajística y geológica, creando cauces ambientalmente muertos; las políticas de “actuaciones de sostenibilidad ambiental y mejoras hidráulicas” acaban en serias lesiones a la riqueza vegetal de sus márgenes y cauces, y un fomento de la erosión. Muchos de “los proyectos de supuestas puestas en valor de humedales” acaban en un despilfarro económico y unas afecciones ambientales innecesarias dentro de los parajes naturales (ej. marjal de Peñíscola).

Importancia de los humedales: son auténticas depuradoras naturales; realizan una importante función de control de avenidas, proporcionan agua dulce y alimentos, son sumideros de CO2, albergan una importante biodiversidad, etc.

Respecto a su biodiversidad, actualmente una parte muy importante de las especies de fauna que se encuentran en peligro de extinción dependen de las zonas húmedas. Concretamente tres especies de peces, fartet, samaruc y espinoso dependen casi exclusivamente de lagunas y marismas del levante español. El samaruc es posiblemente el más escaso de todos los peces continentales ibéricos, estando distribuido principalmente por determinadas lagunas litorales del levante. En la actualidad una de sus principales amenazas es la destrucción de su hábitat por desecación de charcas y lagunas, igual que en el caso del fartet y el espinoso. Recordemos uno de los reductos de las mayores poblaciones mundiales de samaruc (Valencia hispanica) se encuentra en la marjal o prat de Peñíscola (Castellón, Baix Maestrat, Peñíscola).

Las aves son sin duda el grupo más numeroso de especies afectado por la destrucción de las zonas húmedas, ya que casi la mitad de las especies que actualmente se pueden considerar en peligro de extinción dependen en mayor o menor medida de las zonas húmedas.Especial mención merecen ocho especies de aves: avetoro, garcilla cangrejera, cerceta pardilla, porrón pardo, malvasía, águila pescadora, torillo y focha cornuda. Todas ellas se encuentran en peligro de extinción, entre otras causas por la alteración y progresiva degradación de las zonas húmedas.

Ecologistas en Acción Vinaròs realizará, durante el mes de febrero y marzo de 2015, diferentes actividades relacionadas con la conservación de humedales. Salidas didácticas a humedales cercanos; elaboración de un informe de situación de los humedales comarcales y actividades de vigilancia y denuncia de agresiones ante las administraciones públicas competentes ¡La concienciación es la base de la conservación!