La Sala de Valladolid del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha dictado dos sentencias, ya firmes, de 24 de junio y 12 de julio de 2015, por las que anula el plan urbanístico que estaba a punto de ser desarrollado en el Campo Charro salmantino sobre un encinar maduro para crear una urbanización de lujo, similar a otra ya ejecutada en Extremadura, sobre terrenos de alto valor ambiental, utilizando la paradójica fórmula del Plan de Protección del Suelo Rústico.

Bajo la denominación de Plan Especial de Protección de Zona Rústica «Dehesa de La Mora», en el municipio salmantino de Las Veguillas, a 33 kilómetros al sureste de Salamanca capital, la empresa Bosques Civilizados, S.L consiguió la aprobación el 17 de julio de 2012, de una urbanización de lujo de 103 hectáreas de «encinar maduro de alto valor ecológico» para la construcción de 12 viviendas de segunda residencia sobre parcelas de 10 hectáreas, que incluían otros 4.000 metros cuadrados de instalaciones y construcciones de uso agropecuario indeterminado, la apertura de caminos y la instalación de redes de agua y otros servicios urbanísticos.

Con la experiencia de otro plan similar ejecutado en Extremadura, inicialmente el promotor, que había obtenido una licencia para un chalet en el monte y que pretendía hacer otros 16, llevó a cabo una parcelación urbanística del monte en 2007, pero la Comisión de Urbanismo de Salamanca, dependiente de la Junta de Castilla y León, denegó las autorizaciones para las viviendas y orientó la solución hacia la presentación de un plan de urbanización conjunta para dar servicio a 12 viviendas en el bosque.

Sometido el proyecto a Evaluación de Impacto Ambiental, el Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca emitió una Declaración de Impacto Ambiental favorable (BOCyL de 12 agosto 2010) a pesar de la existencia de informes desfavorables de los técnicos de Medio Ambiente del Servicio Territorial, que alertaban sobre el impacto ambiental severo a los valores naturales del entorno en 2009 y de que concluían, en junio de 2010, que «el previsible impacto sobre la vegetación adulta y el regenerado, tanto en la fase de construcción como en la de ocupación de las viviendas e infraestructuras asociadas, es incompatible con el mantenimiento y mejora del terreno rústico y forestal, que configura el monte Dehesa de Mora”.

A pesar de la impugnación del Plan Especial por la Federación de Ecologistas en Acción de Castilla y León, la Comisión de Urbanismo de Salamanca concedió en marzo de 2013 la autorización para construir las 12 viviendas, que finalmente no podrán ser levantadas.

Ecologistas en Acción critica la ligereza con que la Comisión de Urbanismo aprobó un plan de protección de suelo rústico, cuya protección consistía en construir 7.000 m2 en un encinar maduro.