Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y WWF en Aragón denuncian la sustitución de carbón por coque de petróleo como combustible de la Central térmica de Andorra.

Ante el previsible aumento de la contaminación atmosférica Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y WWF en Aragón solicitan la paralización cautelar del uso de coque de petróleo como combustible principal en sustitución del carbón en la central térmica de Andorra.

Cuando se supone que Endesa debe hacer una inversión para cumplir la normativa ambiental y reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, la propietaria de la central introduce un combustible que produce un porcentaje mayor de dichas emisiones que el propio carbón.

El incremento significativo del uso del coque de petróleo transforma a la central térmica en una incineradora de residuos de refinería con mayor contenido que el carbón en contaminantes como el azufre, los metales pesados y el nitrógeno.

Efectivamente, el coque de petróleo tiene entre cinco y nueve veces más azufre que el carbón (según sea éste nacional o de importación). Una mayor proporción de coque aumentará previsiblemente las emisiones de dióxido de azufre (SO2).

Por lo que respecta a los metales pesados, el coque de petroleo o petcoque tiene un alto contenido en níquel y vanadio, entre otros.

El mayor contenido en nitrógeno del coque de petróleo aumentará también la emisión de óxidos de nitrógeno precursores del ozono troposférico (O3), el contaminante que, según el “Informe de la Calidad del Aire 2014 en el Estado español” de Ecologistas en Acción, soporta la práctica totalidad de la población y de las formaciones vegetales españolas, en proporciones peligrosas para la salud humana y vegetal. Dicho informe concluye recomendando la adopción de las mejores técnicas disponibles, y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las que utilizan carbón. Todo lo contrario de lo que sucede en Andorra donde Endesa recurre a un combustible más sucio y barato para mantener la producción, sacrificando al beneficio empresarial la protección de las personas y el medio ambiente atmosférico.

Nos encontramos ante un cambio significativo en la calidad del combustible que contraviene la autorización ambiental otorgada a la térmica y conlleva un previsible aumento de la contaminación atmosférica. Tanto el incumplimiento de la AAI como su modificación podrían constituir infracciones graves o muy graves de la Ley 16/2002, de 1 de julio de prevención y control integrados de la contaminación.

En todo caso, la necesidad de avanzar hacía un escenario energético justo y sostenible, con el objetivo de paliar de manera urgente, entre otros efectos, el cambio climático, una de las mayores amenazas a la que se enfrenta la sociedad humana, requiere de medidas que conlleven el fin de la combustión de fuentes de energía fósil (petroleo, gas y carbón), para lo que es necesario una apuesta decidida por las fuentes de energía renovables.