16 ONGs hispano-portuguesas solicitaron a la Junta de Andalucía en marzo de 2015 que elevase el nivel de protección de la especie, dado su inminente riesgo de desaparición en Sierra Morena. La solicitud fue admitida por silencio administrativo positivo hace más de 5 meses. Se dan los primeros e indecisos pasos

Ecologistas en Acción considera que la adecuada y necesaria catalogación de amenaza que requiere el Lobo en nuestra región no es otra que en Peligro de Extinción. Esa consideración obliga legalmente a la redacción y puesta en marcha de un Plan de Recuperación que neutralice la principal amenaza para la especie en Andalucía: el modelo intensivo de caza mayor.

El pasado 7 de febrero la Junta de Andalucía convocaba al llamado Comité de Expertos para valorar la situación del Lobo en Andalucía y presentar una propuesta de cambio de categoría de amenaza de la especie al próximo Consejo Andaluz de Biodiversidad.

En opinión de Ecologistas en Acción, la situación límite de la especie desde hace décadas es clara y reconocida por todos los expertos del país y por la propia administración autonómica. Pero hasta ahora La Junta de Andalucía se ha negado a cumplir con su obligación de catalogarla En Peligro de Extinción en Andalucía (actualmente ostenta una categoría menor denominada “De Interés Especial”). La situación es tan crítica que, a juicio de esta organización, sobra la consulta a los llamados expertos, (entre los que se encuentran responsables directos del fracasado Programa de Seguimiento del lobo en Andalucía de la última década). Los datos sobre población, su tendencia, área de distribución, etc., son ya reconocidos y evidenciados a vox populi, como alarmantes desde hace décadas.

Es obligado informar al Consejo Andaluz de Biodiversidad de la decisión del cambio de categoría de amenaza. Pero no es necesario el informe técnico del citado Comité de Expertos (el art. 40 del Decreto 23/2012, de 14 de febrero, sólo hace referencia a una memoria técnica, ya en poder de la administración con datos propios más que suficientes). Tampoco es obligatoria la previa consulta al Consejo Andaluz de Biodiversidad para su aprobación.

Este embarullado procedimiento fijado por la Consejería de Medio Ambiente para el cambio de categoría de la especie va a retrasar innecesariamente la puesta en marcha del Plan de Recuperación que ha de impulsar acciones de gestión activa sobre el territorio y que redundará positivamente sobre la especie.

De nuevo, con su actitud, la Consejería de Medio Ambiente da la impresión de ser incapaz de sustraerse al rechazo y la incomodidad que, supuestamente, provocaría la protección efectiva de la especie en sectores contrarios a su conservación. Sectores como grandes propietarios de fincas de caza intensiva, a los que la Junta de Andalucía, en un ejercicio de absoluta irresponsabilidad, delegó durante años, el manejo de la especie. El resultado ya lo conocemos y ha sido nefasto.

A pesar de todo, se ha conseguido uno de los objetivos, pero quedan aún los más importantes que también lograremos entre todos/as.

Última manifestación celebrada en Madrid, el pasado 13 de marzo de 2016…