No por esperada es menos dolorosa la catástrofe ambiental que se vive en estos momentos en Seseña (Toledo) y en todos los pueblos de alrededor.

El incendio del mayor vertedero ilegal de neumáticos de Europa, con más de 70.000 toneladas y 5 millones de unidades acumuladas desde hace años, tiene y tendrá un enorme impacto que todavía estamos lejos de medir.

Pero, en primer lugar, hay que pensar en la salud y en la seguridad de las personas y de los trabajadores que viven desde cerca y con angustia esta situación. Recordemos que en la actualidad hay unas 8000 personas domiciliadas a poco más de 350 metros del vertedero, en la tristemente famosa urbanización del Quiñón que promovió “El Pocero”.

Ecologistas en Acción se solidariza con todos ellos y confía en el buen hacer de los equipos de emergencia y de seguridad para que no se produzcan daños personales de ningún tipo. Esos equipos se están enfrentando a una situación con pocos precedentes en España y, menos aún en, Castilla-La Mancha, pero tienen la formación y la profesionalidad necesarias para estos casos.

Las consecuencias ambientales y para la salud del incendio serán otra cuestión, más compleja, y seguramente más dañina. La combustión de los neumáticos seguirá durante tiempo, semanas o incluso meses. La quema incontrolada de los neumáticos está originando ya un penacho que sobrepasa ya la Mesa de Ocaña y que alcanzará puntos aún más distantes, seguramente a cientos de kilómetros. Además, podrá permanecer en la atmósfera mucho tiempo, contaminándola para siempre. Tampoco es desdeñable el riesgo de contaminación de las aguas debido a los vertidos y lixiviados que saldrán de resultas del fuego y de las labores de extinción en dirección a los arroyos que van a parar al entronque Jarama-Tajo.

Entre los productos liberados al aire, además del CO2, por desgracia se encontrarán otros que suponen un grave riesgo para la salud, como las dioxinas, furanos o el benzeno. El volumen y la concentración de estos productos serán también de grandes dimensiones.

Por todos estos motivos, el nivel de preocupación sobre los impactos en la salud y el medio ambiente de este gran incendio es máximo y debe conllevar la aplicación de los mayores y mejores medios disponibles, primero, para paliar el incendio y, segundo, para hacer un seguimiento posterior y tomar medidas preventivas de la exposición humana y ambiental a los contaminantes liberados.

Ecologistas en Acción, como tantas y tantas personas y organizaciones que vienen denunciando la existencia de este vertedero y pidiendo la retirada de los neumáticos, siente una gran frustración porque no se haya actuado a tiempo de evitar esta catástrofe y que ahora paguemos entre todos algo que ni la Justicia ni las Administraciones, sobre todo la local y la autonómica de Castilla-La Mancha, han sabido o querido resolver.