Ecologistas en Acción considera que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) es una consecuencia más de las políticas neoliberales dictadas desde Bruselas. También es un indicador claro de la decadencia en el plano internacional de la UE

No hay precedentes de ninguna población que se haya marchado de un proyecto que consideraba que le beneficiase. El pueblo británico no es una excepción: la Unión Europea (UE) no le sirve porque le impone políticas neoliberales que le lesionan y porque es un proyecto que tiene cada vez menos espacio en el marco internacional. Ambos aspectos han dado pábulo a las posiciones nacionalistas de derechas que han protagonizado la campaña.

La UE fue ideada por los poderes económicos y políticos dominantes, y está detrás de muchas de las políticas que han generado tremendos problemas económicos, sociales y ambientales: la privatización de servicios públicos, la liberalización del movimiento de capitales, el aumento del poder del sistema financiero, las burbujas inmobiliarias, los rescates bancarios, las deudas ilegitimas, el desmantelamiento de sectores productivos y de la agricultura familiar, el desempleo y la precarización estructurales, la liberalización del sector energético dando lugar al oligopolio del sector eléctrico y a la pobreza energética, etc.

Los Gobiernos británicos han participado activamente en esta construcción de la UE neoliberal. Asimismo, los partidos mayoritarios del Reino Unido han impulsado dichas políticas, como se detrae del papel de Leon Brittan y Peter Mandelson en la Comisión Europea o de La City en los procesos de liberalización de los servicios y mercados financieros. Por lo tanto, son corresponsables de esta situación.

Estas políticas han provocado el hartazgo de la gran parte de la población, pues han causado: desempleo, pobreza, desigualdades, exclusión social, precariedad, recortes sociales, privatizaciones, corrupción, despilfarro, mala calidad ambiental… Ha sido la clase humilde y trabajadora la que ha sufrido estas consecuencias, tanto dentro como fuera de la UE, frente al enriquecimiento astronómico de las fortunas financieras en La City. Es precisamente en estas circunstancias donde el populismo de ultraderecha encuentra el caldo de cultivo perfecto para crecer, promulgando el patriotismo y el odio hacia lo diferente.

El Brexit ha de entenderse dentro de este contexto y confirma que organizaciones como Ecologistas en Acción, que llevan años denunciado a la UE, estaban en lo correcto. Por ello, frente a las voces que reclaman que «Europa es la solución», Ecologistas en Acción considera que la UE es realmente parte del problema. Sin ir más lejos, las elites europeas muestran su rostro “humanitario» al centrar su preocupación por el Brexit en la caída de los mercados financieros, mientras miles de refugiados/as e inmigrantes mueren o viven en condiciones infrahumanas.

El Brexit muestra que del territorio europeo requiere una transformación social y política. Frente a la agenda de la derecha que ha marcado el Brexit, tenemos que construir un nuevo internacionalismo basado en valores feministas, democráticos, solidarios y de justicia social y ambiental. Herramientas como el Plan B pueden ayudar a conseguirlo. Del mismo modo, es imprescindible desmarcarse y oponerse a los argumentos xenófobos e insolidarios que ha esgrimido el nacionalismo inglés a favor de la salida del Reino Unido de la UE.