El sábado 2 de Julio tuvo lugar el 5º Encuentro “Vogar contra a indiferencia”, en el que ha participado Ecologistas en Acción de Extremadura. Una jornada reivindicativa por un Tajo vivo a su paso por Portugal, que ha tenido mucho eco entre l@s activistas español@s. Compartimos el mismo río y los problemas empiezan en la cuenca española.
Un autobús lleno de activistas partió el día 1 de Julio de Navalmoral de la Mata hacia Colinas do Tejo, el camping donde se alojaron a la espera de iniciar las actividades al día siguiente.
La mañana del sábado, más de 30 canoas de dos plazas iniciaron el recorrido desde los alrededores de Colinas do Tejo con destino a Abrantes: 9 km de travesía fluvial que se realizó en 5 horas y media, bajo condiciones adversas, intenso calor y numerosos tramos con poco caudal en los que embarrancaban las embarcaciones, lo cual no consiguió mermar los ánimos de l@s participantes. Finalmente la flota llegó felizmente a Abrantes, donde se leyeron sendos manifiestos en portugués y español en medio de numerosas pancartas reivindicativas de los diversos colectivos.
Esta ha sido una nueva actividad de hermanamiento y apoyo mutuo entre los colectivos lusos e hispanos, tras la gran manifestación por el cierre de Almaraz, realizada el 11 de junio en Cáceres, en la que también participó Ecologistas en Acción de Extremadura. Sin duda, habrá muchos más encuentros para unir fuerzas entre los colectivos de ambos países.
El Tajo es un rio cautivo, herido y prisionero de la codicia y la mala gestión a ambos lados de la frontera. Destinan el agua en su cabecera a regadíos intensivos para otras regiones ajenas a su cuenca. Después atraviesa la Central Nuclear de Almaraz y una urbanización ilegal, Marina Isla de Valdecañas, en una de las Zonas de Especial Protección de Aves de su cuenca. Cuando llega a Portugal, queda preso de las compañías hidroeléctricas y la central térmica que manipulan su caudal según los precios de la luz, así como de industrias papeleras que lo contaminan.
Ecologistas en Acción de Extremadura no se cansa de denunciar que los ríos son vida y los estamos matando. Con ellos morimos nosotr@s también. Por eso estuvimos en Portugal, remando en una misma dirección portugues@s y español@s, para reivindicar el derecho a un Tajo Vivo.