Se han presentado en Seseña las conclusiones de un estudio sobre la exposición a los contaminantes emitidos en el incendio del vertedero ilegal de neumáticos de Seseña-Valdemoro, realizado por la Cátedra de Toxicología y Salud Ambiental de la universidad pública Rovira i Virgili, en colaboración con Ecologistas en Acción

El estudio se realizó a partir del análisis de muestras de suelo y agua recogidas entre los días 6 y 10 de junio en diferentes zonas alrededor del vertedero (El Quiñón, Seseña Nuevo y Seseña Viejo). Se recogieron también muestras de alimentos y cultivos locales, también potencialmente afectados. En cada una de las muestras, se analizaron los niveles de 16 hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), dioxinas (PCDD/Fs), bifenilos policlorados (PCBs), y 13 metales pesados.

A continuación se exponen las principales conclusiones y recomendaciones que hace el grupo que ha realizado el estudio.

Conclusiones

Los resultados reflejan niveles similares de dioxinas, PCBs y metales pesados en todas las muestras, con la única excepción de las dioxinas en aire, cuyos niveles fueron mayores en la zona del Quiñón respecto a Seseña Nuevo y Seseña Viejo. En todo caso, los niveles de estos tres grupos de contaminantes ambientales son comparables a datos de zonas urbanas, según la bibliografía científica.

Por el contrario, la concentración total de HAPs en aire (fase gas + partícula) fue mucho más elevada en la zona de El Quiñón respecto a Seseña Nuevo y Seseña Viejo. De hecho, los niveles de HAPs en el Quiñón son, comparativamente, extraordinariamente altos. Por ejemplo, son más de 10 veces superiores a los de Tarragona, donde se halla el polígono petroquímico más importante del sur de Europa. Asimismo, las concentraciones de HAPs en muestras de lechuga cultivada en un huerto urbano de Seseña fueron 10 veces superiores a los niveles habituales, según datos de nuestro propio grupo.

Como resultado del aumento de HAPs en aire, se ha estimado que, para los residentes en El Quiñón, los riesgos cancerígenos derivados de la exposición a los contaminantes evaluados, son superiores a los de los habitantes de Seseña Nuevo y Seseña Viejo. A su vez, los valores de riesgo en Seseña Nuevo y Seseña Viejo están dentro del rango normal para zonas urbanas, según estándares de la OMS. Gran parte de dicho aumento se debería a la inhalación de HAPs en fase gas.

Recomendaciones

Los resultados son claramente indicativos de la situación actual, aunque responden a un screening que ha sido realizado con un limitado número de muestras por obvias razones presupuestarias, al ser llevado a cabo con fondos de nuestro propio grupo. Por ello, se recomienda a partir de ahora:

  1. Realizar un estudio mucho más amplio, en cuanto al número de muestras, y centrándose básicamente en HAPs, el contaminante con mayores riesgos para la salud de la población.
  2. Dada la naturaleza no persistente de los HAPs en suelos (y por supuesto en aire), repetir el estudio antes de finales de 2016, ya que para entonces se estima que los HAPs pueden haberse degradado ya casi en su totalidad.

Ecologistas en Acción considera preocupantes las conclusiones del grupo de investigación en relación con los niveles de HAP detectados en El Quiñón, tanto en el aire en el momento del incendio como posteriormente en las muestras de alimentos recogidos en la zona, así como los riesgos cancerígenos derivados de la exposición a los contaminantes que ha sufrido la población afectada. Asimismo, la organización respalda las recomendaciones efectuadas por el grupo de investigación que ha realizado un estudio y añade una más: la puesta en marcha urgente de un seguimiento epidemiológico de la población afectada, teniendo en cuenta el lugar de residencia (El Quiñón, Seseña Nuevo y Seseña Viejo).