Los días 8 y 9 de septiembre por la noche, y el 16 por la mañana en el polígono Emiliano Revilla y en su entorno había un olor fuerte e irritante que incluso generaba nauseas en las personas. Una situación grave que se viene repitiendo desde hace años sin que ninguna administración haya mostrado interés por atender y recoger los testimonios de la población afectada, ni por identificar con claridad ni la fuente ni causas que producen tal olor, ni la salubridad del mismo.

En Ólvega hay varias industrias de referencia, pero una de las posiblemente más peligrosas para la salud humana y ambiental en caso de accidente o problemas en sus procesos industriales es la empresa Distiller, que se dedica al tratamiento de residuos tóxicos y peligrosos. Razón suficiente para que a Ólvega se le dote de recursos personales y materiales para realizar un seguimiento rigurosa de la salud ambiental del municipio, en especial de una estación medidora de la contaminación atmosférica capaz de medir parámetros como son productos químicos tóxicos, y no los típicos de NOx, SO, CO, O3, partículas, etc. Por supuesto debería haberse implantado ya un sistema de información ciudadana, de alarma ambiental y de protección civil.

Contradictoriamente con el sentido común de aplicar estas medidas, el alcalde de Ólvega y el Jefe del Servicio Territorial de Medioambiente tienen antecedentes de que su verdadera preocupación es ocultar la gravedad de los hechos, como ya sucedió en un vertido tóxico al río La Vega en el año 2012. En tal caso el primero, a pesar de tener importantes competencias en el vertido, dijo que no se enteró del suceso; y el segundo declaró a los medios de comunicación que “los análisis evidencian que la situación es menos peligrosa de lo que se pensó y son aceites provenientes de lavado de coches, motores,…”.

Como antecedente más cercano de quejas de vecinos tenemos un episodio de malos olores a finales de junio y principios de Julio de 2015, cuando la dimensión de los olores y los síntomas respiratorios alarmó gravemente a la población. Asden-Ecologistas en Acción presentó denuncia, a la cual la Junta de CyL, contestó con un escrito que informaba que se había realizado una inspección, según la cual la fuente de los olores eran los olores “normales” de los procesos biológico aerobios de la depuradora de aguas de la empresa. Lo cual indica que la inspección la realizaron cuando no había los olores que detectaban los vecinos, y por supuesto previo aviso a la empresa de que se iba a realizar la inspección. Y en todo caso era una respuesta incoherente con los olores detectados, ya que los olores de productos químicos irritantes nunca pueden proceder de una estación depuradora basada en procesos biológicos.

Ante este escaso interés de las autoridades por informar, conocer y controlar la emisión de sustancias irritantes a la atmósfera en Ólvega, los vecinos han transmitido sus preocupaciones a los ecologistas. Lo cual es interesante porque supone darle notoriedad al problema y hacerlo público y evidente, pero además hay que dar aviso al teléfono de emergencias del 112, y a los agentes de la autoridad ambiental más cercanos que son los Agentes Forestales. Por supuesto en caso de sufrir molestias respiratorias, nauseas, mareos, etc, es lógico acudir al servicio de asistencia sanitaria para que quede constancia de un problema de salud personal y colectivo, y en todo caso personarse individualmente o colectivamente como parte interesada mediante una denuncia, para así tener conocimiento de la acción-inacción administrativa.