En la tarde de ayer, miércoles 8 de marzo, varios usuarios de las sendas del río Duero, a la altura del Sotoplaya, observaron como la superficie del río aparecía completamente llena de unas aglomeraciones flotantes de tonos marrones y olor a elevada materia orgánica en descomposición “galletas” de aparentes residuos. Los avisos al 112 hicieron que la Policía Local bajara a la zona y fuera testigo de la citada circunstancia. Las galletas tenían un diámetro variable, pero no pequeño, y se extendían al menos desde el Puente de Piedra hasta la altura de San Saturio, avanzando a lo largo de la tarde río abajo. En la zona del lavadero del Sotoplaya se concentraban en bastante número y por noticias y testimonios contrastados, ya aparecieron, aunque en menor número, el 12 de febrero, durando hasta el día 18 del citado mes.

Personados miembros de Asden-Ecologistas en Acción en la zona se pudo comprobar el enfado generalizado entre muchos de los paseantes presentes, al observar que estas circunstancias se repiten de manera generalizada sin que las autoridades competentes se tomen en serio el estado del río.

Absolutamente desconcertante les pareció a los ecologistas presentes que los miembros de la Policía Local que hicieron presencia en la zona afirmaran de manera literal que aquellas galletas “eran hojas” (sic). En vez de procurar obtener la máxima información acerca de si aquello era un vertido, de donde puede proceder, y demás datos necesarios para conocer la procedencia de las galletas, se despachan con un veredicto final que no tiene ninguna base y que desconocen. Por una parte se dice a la ciudadanía que informe si ve hechos como los denunciados hoy, se lanza información sobre lo bien y mucho que están actuando todos los entes oficiales a los que corresponde la vigilancia y el control del río pero, vemos, que todo ello no es más que un artificio que no busca más que correr un velo sobre la realidad. Lo cierto es que el Duero a su paso por la capital, sufre de graves problemas derivados de vertidos recurrentes que nos tratan de ocultar aun cuando la realidad salta a los ojos de todos aquellos que paseen por sus orillas.