Ecologistas en Acción inicia su campaña sobre ozono con dos objetivos: reclamar a las administraciones que pongan en marcha planes eficaces de lucha contra este contaminante, y concienciar a la población sobre el problema para que contribuya a su solución. Durante la primavera y el verano de 2017, se desarrollarán exposiciones y jornadas sobre el ozono en Cataluña, Extremadura, País Valenciano y Valladolid.

La contaminación por ozono troposférico u “ozono malo” es una gran desconocida para muchas personas, pero causa cada año 17.000 muertes prematuras en Europa, 1.800 de ellas en España, más que los accidentes de tráfico. Dos terceras partes de los cultivos y buena parte de nuestros bosques y espacios naturales soportan niveles de ozono que dañan la vegetación.

Este contaminante, que no sale de los tubos de escape, ni de las chimeneas, afecta más a las zonas periurbanas y rurales que al centro de las ciudades, especialmente en las tardes soleadas de la primavera y el verano, cuando las elevadas temperaturas activan la formación y acumulación de ozono en niveles peligrosos para la salud, a partir de los contaminantes emitidos por el tráfico urbano e interurbano, el transporte marítimo y aéreo en las capitales con puertos y aeropuertos importantes y algunas industrias como las centrales térmicas.

España es uno de los países europeos más afectados por la contaminación por ozono troposférico. Durante el año 2016, en un tercio de las 125 zonas en que se divide el territorio español, con 350.000 kilómetros cuadrados y 18 millones de habitantes, se han rebasado los objetivos legales para la protección de la salud y para la protección de la vegetación, especialmente en Madrid y el Mediterráneo. Si atendemos a la recomendación de la OMS, la mala calidad del aire es generalizada en todo el Estado, salvo la cornisa cantábrica y Canarias.

Por ello, Ecologistas en Acción ha iniciado una campaña de información a la población sobre el ozono troposférico, que durante la primavera y el verano de 2017 contempla una exposición divulgativa itinerante y talleres sobre contaminación por ozono que recorrerán medio centenar de centros públicos de Cataluña, Extremadura, País Valenciano y Valladolid, así como seis jornadas de sensibilización en Barcelona, Mérida, Valencia y Valladolid. Como en años anteriores, se identificarán y difundirán los niveles de contaminación más elevados.

El objetivo de la campaña es divulgar las causas y las consecuencias de este grave problema ambiental, y reducir la exposición a la contaminación especialmente de los grupos más sensibles: niños y niñas, personas mayores, mujeres embarazadas, deportistas y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares; evitando realizar esfuerzos al aire libre en las horas centrales del día y la caída de la tarde, cuando los niveles de ozono son más elevados.

Una calidad del aire adecuada debe pasar por que la ciudadanía conozca en todo momento el estado del aire que respira, y porque se establezcan planes de acción que reduzcan la polución causada por el ozono. Doce comunidades autónomas y el Ministerio de Medio Ambiente siguen sin elaborar los preceptivos planes de mejora de la calidad del aire para las zonas más afectadas. Y autoridades como el Govern de Balears, la Junta de Extremadura o la Xunta de Galicia siguen sin informar de los episodios de muy elevada contaminación, que ya se han iniciado en un arranque de la primavera que está resultando especialmente complicado.

De hecho, en lo que llevamos de año, son casi un centenar las estaciones de medición de ozono troposférico que ya han superado más de 25 días la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre las 450 repartidas por todo el Estado. Una quincena de ellas también han superado el objetivo legal establecido para el ozono troposférico, anticipando una temporada estival que amenaza con ser la peor de la última década.

La situación es especialmente preocupante en Baleares, que ha encadenado mes y medio por encima del límite legal, con 45 superaciones del umbral de información a la población en Mallorca, una situación sin precedentes a estas alturas del año, sin que el Govern de las islas haya cumplido con su obligación legal de avisar a la población para que se pueda proteger.

El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Por inhalación, provoca irritación de los ojos y vías respiratorias superiores, un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. Además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.