El Ministerio de Medio Ambiente requirió a Geoalcali SL, promotor de la mina de potasas “Mina Muga”, en las Altas Cinco Villas, Javier y Sangüesa, la redacción de un Proyecto Refundido, por “la relevancia de las cuestiones que se han puesto de manifiesto en esta fase de consultas, así como la importancia y significancia de los cambios sufridos por el proyecto sometido a información pública, las numerosas adendas, estudios adicionales y respuestas emitidas a diferentes Organismos”. Este proyecto fue presentado al Ministerio por el promotor y ha sido sometido a consultas durante las últimas semanas.

Tras el examen del nuevo proyecto, la conclusión es muy preocupante: Geoalcali ha incumplido sistemáticamente los requerimientos de la Administración, en los que se solicitaba la clarificación de aspectos técnicos y ambientales del proyecto, y lo ha realizado negando los problemas o retando a los organismos públicos a que demuestren lo contrario.

El proyecto sometido a exposición pública en 2015 ha cambiado, en algo tan objetivo, como que la superficie de la mina es ahora casi un 40 % más grande (el proyecto se ha ampliado en 662,25 hectáreas, es decir en más de 6 millones de metros cuadrados) lo cual genera nuevas zonas de afección, mayor cercanía al pantano de Yesa, la excavación bajo el pueblo de Undués, y ha cambiado los trayectos de las líneas eléctricas, la localización de la bocamina o la distribución completa de la planta industrial.

Además, en el trámite de consultas al que hacemos referencia, no se han aportado documentos imprescindibles para la evaluación como es el proyecto de explotación o el plan de restauración que requiere la normativa ambiental. Estamos ante un nuevo proyecto que, salvando el nombre, nada tiene de comparable con lo informado y expuesto públicamente en 2015, y que además sigue siendo un documento incompleto, falto de rigor, agresivo con el medioambiente y peligroso e inseguro para los pueblos afectados.

Una diferencia significativa es, que algunos de los problemas que existían en el proyecto de 2015 y denunciados en las alegaciones, ya no se niegan pero tampoco se solucionan; son el caso de los transportes (casi mil recorridos de vehículos pesados diarios en la circunvalación de Sangüesa), los hundimientos mineros, o la adecuación del proyecto al contexto sísmico en el que se encuentra. Además, continúa la ausencia de estudios rigurosos sobre la afección al embalse de Yesa y sus laderas, sobre el paso franco de agua entre el embalse y la mina, sobre la sismicidad inducida en minería o la presencia de sismicidad activa en la zona como muestran los datos del IGN. Estas cuestiones se resuelven con explicaciones carentes de rigor, en lugar de valorarse científicamente como pedían los requerimientos de los organismos públicos.

Las nuevas soluciones técnicas planteadas pasan por argumentos generales que no resuelven los problemas, como la eliminación de la montaña de sal, tal como exige la CHE, y que aumenta de tamaño, pasando de 10.300.000 a 12.900.000 metros cúbicos, y de altura pasando de 47 a 57 metros. El relleno de las galerías no cuenta con un análisis fiable en este momento, pues según el promotor, aún se encuentra en una fase de evaluación muy preliminar.

Además, requerimientos como la cogeneración energética, eliminar una de las montañas de residuos del margen de protección del camino de Santiago, establecer contornos de seguridad contra los hundimientos en el entorno de Undués, Javier, carreteras o el mismo Canal de Bardenas, siguen sin incorporarse en el nuevo proyecto.

El proyecto “refundido”, que era la última oportunidad de Geoalcali para hacer un proyecto coherente, congruente y seguro con el contexto en el que se enclava, suspende tanto en los requerimientos de la Administración como en la definición de un proyecto compatible con el entorno y que recoja soluciones a los problemas detectados. El propio Estudio de Impacto Ambiental (EIA) realizado por Geoalcali tras considerar los impactos y beneficios potenciales, en su evaluación numérica, se otorga una autocalificación negativa, que según el baremo del promotor, representaría un proyecto Incompatible con el medio.

Dos días después de finalizado el proceso de consultas, se iniciaba la exposición pública del proyecto sin haber tiempo material de incorporar los cambios y subsanar los errores que denunciábamos en nuestras alegaciones. Más aún, la publicación en los boletines, más que garante con los derechos de la ciudadanía, es un intento de “acortar plazos” promovido por Geoalcali para adelantar la exposición que debería realizarse cuando el proyecto solventara los graves impactos detectados. Además, la amplitud de los cambios que tendrán que realizarse en el nuevo proyecto, obligará a, si se puede, rediseñar el proyecto otra vez. De nuevo, la participación ciudadana se limita a 30 días de exposición para analizar más de 8000 páginas de un proyecto inconexo, con informes contradictorios y que niegan los riesgos en lugar de evaluarlos.

Consideramos y solicitamos, a la vista de la falta de rigor, insuficiencia y seriedad de la contestación de Geoalcali a los requerimientos del Ministerio, Gobiernos de Aragón y Navarra y de otros organismos públicos, y teniendo en cuenta la calificación que la propia Empresa otorga a su proyecto, que el Ministerio de por finalizado el expediente de evaluación ambiental del Proyecto Mina Muga y otorgue una Declaración de Impacto Ambiental negativa.