La globalización y los cambios de vida provocan una pérdida de saberes y prácticas campesinas y rurales en el medio natural. La web conecte.es aspira a recoger, organizar y difundir el conocimiento ecológico tradicional.

Victoria Reyes, Petra Benyei, Sara Guadilla y Daniel López Revista Ecologista nº 93.

Se pone en marcha CONECT-e que pretende recoger y difundir el conocimiento ecológico tradicional. Esta plataforma promueve el uso de una web que permite incorporar y difundir el saber ecológico con el objetivo de evitar que se pierda.
CONECT-e es una página web participativa (www.conecte.es) que está siendo desarrollada por universidades e institutos, como Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), entre otros.

Cuenta también con el apoyo de la sociedad civil como la Red de Semillas Resembrando e Intercambiando y varias escuelas agrarias. CONECT-e va a permitir inventariar el nombre, vigencia y conocimiento asociado a especies de plantas, incluyendo variedades tradicionales, animales y ecosistemas del Estado español.

Además, el uso de esta herramienta va conseguir proteger y difundir la información ecológica tradicional y trasladarla al dominio público gracias a la licencia copyleft Creative Commons que abarca a todo el contenido de la plataforma. Estos conocimientos no podrán ser registrados bajo otra licencia que no sea de acceso abierto.

Saber popular y campesino

Los conocimientos, creencias y prácticas basadas en la convivencia milenaria de las comunidades campesinas y rurales con el medio natural se pierden con rapidez debido a los cambios en los estilos de vida y la urbanización. Por ello, para intentar paliar la pérdida de estos saberes la plataforma CONECT-e aspira a recoger, organizar y difundir el conocimiento ecológico tradicional y protegerlo de su posible privatización. Por ejemplo, entre esos saberes se van a incluir refranes:“Enero mojado, bueno para el campo, malo para el ganado”…

Las personas e instituciones que participan en este proyecto consideran que el conocimiento ecológico tradicional es un cúmulo de saberes, prácticas, creencias y cosmovisiones generadas a partir de la interacción entre las comunidades campesinas y rurales con el medio natural.

Tradicionalmente, este conocimiento se ha transmitido oralmente, de una generación a otra, a través de prácticas locales, sobre todo mediante la cultura popular (refranes y canciones). Son ejemplos de conocimiento ecológico tradicional como también lo son los usos medicinales y culinarios de las plantas silvestres, los saberes sobre la gestión del agua (uso de acequias) y el manejo del paisaje, como por ejemplo las dehesas.

Aunque en algunos círculos académicos se considera el conocimiento ecológico tradicional como algo “anecdótico e impreciso”, desde la década de los 80 ha crecido el interés por esta forma de conocimiento. Sin embargo, varios estudios demuestran que ha ayudado a las comunidades a adaptarse al medio ambiente en el que viven y ha contribuido a la mejora del bienestar, su salud y estado nutricional.

El interés por la aplicación y usos de estos conocimientos ancestrales en todo el mundo no se ha producido solo por la comunidad científica, también es una prioridad para diversos colectivos como los grupos indígenas y comunidades rurales, organizaciones ambientalistas, políticas y por la propia industria farmacéutica.

Por ello, una de las preocupaciones de los grupos que participan en el proyecto es que el conocimiento ecológico tradicional se conserve. Los factores que ocasionan esta pérdida son : el cambio en las condiciones socioeconómicas relacionadas con la globalización, el abandono de las formas de vida rural, la exclusión del conocimiento tradicional de los currículos educativos y los planes de gestión de los ecosistemas.

El ejemplo de Doñana

El complejo sistema socioecológico de Doñana ofrece un ejemplo de esta situación. La región de Doñana se integró en la economía global a partir de los 60 y 70. Las políticas de desarrollo en la zona, incluyendo la mecanización agrícola, cambios de uso de suelo y la intensificación de uso de recursos, se produjeron en un contexto de rápido desarrollo económico. El abandono de las prácticas agrícolas tradicionales y la creciente demanda de tierras para la agricultura intensiva llevaron a una fragmentación del paisaje, una pérdida de conectividad y a cambios en los sistemas acuáticos.

Estos cambios, junto a la singular biodiversidad del área, llevaron a la implementación de una política de conservación estricta en las zonas que no habían sido afectadas por las políticas de desarrollo. Por ejemplo, se restringió el acceso al parque nacional tanto a turistas como a habitantes locales y se centralizaron las decisiones sobre su gestión. Esta situación llevó al declive de la gestión tradicional de los recursos en el área y a la pérdida del conocimiento asociado1 sobre los ecosistemas [1].

Varias iniciativas

Este ejemplo se repite más allá del entorno de Doñana, por ello han surgido diversas iniciativas para frenar la pérdida del conocimiento ecológico tradicional. Una de ellas es el Inventario Español de los Conocimientos Tradicionales relativos a la Biodiversidad, en el que un equipo de más de 60 científicos está trabajando para recopilar todos los estudios etnobotánicos existentes en el Estado español y organizar esta información para ponerla al alcance del público. A partir de esta iniciativa surgió el proyecto CONECT-e.

Por ello, la plataforma CONECT-e se ha diseñado como una especie de Wikipedia. Es una web que recoge tanto contribuciones extensas como microaportaciones de usuarios registrados, que después deben ser validadas. Cada especie o ecosistema tiene una ficha propia en la que los usuarios pueden consultar o aportar información local. Algunos ejemplos de informaciones que recoge la plataforma CONECT-e son: nombres populares, usos tradicionales, formas de manejo (recolección, cultivo…), etc.

También se pueden aportar imágenes de plantas y ecosistemas. Esta web también incluirá localizaciones de municipios donde se lleva a cabo una actividad concreta y documentos de referencia que sirvan para dar más información. Así, se puede crear una ficha de Agroecosistema-Dehesa de Badajoz, por ejemplo, con sólo aportar el tipo de ecosistema y la comarca; una vez creada, se pueden completar los detalles sobre prácticas de aprovechamiento de recursos en ese entorno, prácticas de obtención de agua o de recolección de frutos.

En el caso de las dehesas, se puede recoger información sobre formas de poda (altura a la que suele hacerse, número de ramas principales a mantener, dirección de éstas…), así como sobre los cultivos con los que históricamente se ha combinado ese bosque o sobre las distintas razas de ganado que, por sus condiciones particulares, se solían criar en esa dehesa.

Decenas de aportaciones

En dos meses de vida, se ha recogido información de unas 2.743 plantas, de las cuales 1.316 contienen informaciones sobre ubicaciones de usos medicinales basados en la literatura. Las plantas con más informaciones son el romero, malva, saúco, manzanilla, poleo, orégano e hinojo.

Las informaciones se refieren a toda la Península, aunque existe poca información de conocimiento ecológico tradicional en comunidades como Asturias, La Rioja o País Vasco. Por el contrario, se cuenta con más informaciones procedentes de Andalucía, Castilla y León o Cataluña. Además, CONECT-e ya ha recogido 118 usos medicinales de diversas plantas y 87 informaciones de usos en alimentación, incluyendo recetas.

Notas

[1] Gómez-Baggethun y otros autores, 2010. Traditional Ecological Knowledge Trends in the Transition to a Market Economy: Empirical Study in the Donana Natural Areas. Conservation Biology 24, 721-729.