El río y turístico cañón de El Val en Ágreda (Soria) continúa cubierto de espumas vertidas por la defectuosa depuradora de Ágreda-Ólvega (EDAR). En estos días el volumen de espumas es muy elevado.

Hasta ahora la Confederación Hidrográfica del Ebro, como administración competente en el control de la calidad del agua y conservación de los ríos, comunicaba que estas espumas era un problema de entrada de aguas limpias a los colectores de aguas residuales que impedían el correcto funcionamiento de la citada EDAR.

Contradictoriamente y según aparece en varios medios de comunicación de Soria, la C.H. del Ebro cambia su versión e informa que el problema es la EDAR que no está dimensionada para depurar las aguas de las industrias de los polígonos industriales de Ágreda y Ólvega. En tal sentido se manifiesta el ayuntamiento de Ágreda en lo relativo a sus sospechas de posibles vertidos de industrias de Ólvega al colector de la EDAR compartida por los dos municipios.

Al respecto, el Ayuntamiento de Ólvega es conocedor de que hay empresas del polígono industrial Emiliano Revilla que han vertido al colector de aguas pluviales (diferente al de aguas residuales que va a la EDAR) incumpliendo la autorización de vertido y contaminando finalmente el arroyo de los Caños, que aguas abajo da lugar al río El Val. Vertidos que se han prolongado durante muchos meses ante la inacción de este ayuntamiento y de su empresa concesionaria, lo cual respalda las sospechas manifestadas por el Alcalde de Ágreda al respecto de vertidos industriales e irregulares al colector de residuales.

La EDAR debería contribuir a cumplir con los objetivos establecidos en la (Directiva Marco del Agua europea -DMA-) de conseguir que el río Val tuviera la calificación de “masa de agua en buen estado de conservación”. Pero lo cierto es que El Val es un río muerto; sin flora acuática, ni peces ni macroinvertebrados. Oficialmente la CH del Ebro lo califica eufemísticamente como “estado de conservación peor que bueno” y “estado ecológico moderado” aunque en estos días reconoce que el embalse de El Val es el más contaminado de la Cuenca del Ebro, y eso que gran parte de las aguas que le entran son del Queiles que supuestamente sí son limpias.