Desde hace unos días el abejaruco europeo, ave migradora cuya actividad estival la desarrolla en gran parte de la península Ibérica y en todo el territorio extremeño, se enfrenta con una seria amenaza si de aquí en adelante se deciden tomar este tipo de medidas como preventivas en la interacción entre esta especie silvestre y la actividad apícola de la región: la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura ha autorizado (a petición del sindicato agrario Asaja) a los apicultores para que puedan realizar un control del abejaruco mediante disparos con escopeta entre otras medidas.

Este sindicato considera a esta especie protegida como “especie invasora” y la hace “culpable” del descenso de la producción melífera de este año junto con la sequía que se ha vivido este año.

Ecologistas en Acción de Extremadura critica esta visión sesgada, simplista y demagógica. El abejaruco no es la causa principal del descenso de abejas melíferas en los colmenares extremeños, por lo menos no la única. El resto de problemáticas que viven tanto abejas, colmenas como apicultores no se han tenido en cuenta ni siquiera se ha hablado de ellas ¿Por qué? También nos preguntamos cuáles han sido los criterios de coste-eficacia para seleccionar este tipo de medida para ahuyentar a estas aves de las colmenas…

Hacemos esta petición porque nos parece totalmente sesgado el tratamiento que se está haciendo sobre la problemática de las colmenas y los apicultores en Extremadura. Como hemos dicho, no nos parece que se haya hecho un tratamiento integral y serio, teniendo en cuenta todos los factores que están afectando ya -y mucho- a los colmenares y a las personas que se dedican a la apicultura en la región.

Por este motivo, reclamamos a la Junta que paralice estas medidas y entable un verdadero diálogo con todas las personas afectadas e interesadas por esta problemática: sector agrícola, apicultores, conservacionistas, etc. ya que creemos que la administración debe velar tanto por el desarrollo económico como por la conservación haciéndolas compatibles al máximo grado, buscando soluciones óptimas para ello.

La utilización de la escopeta como método de control de los abejarucos va en contra de toda la legislación europea, española y regional que protege a esta especie (está catalogada como de “interés especial” según el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura e incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial a nivel nacional y en la Directiva Aves de Europa).

Esta ave se alimenta de todo tipo de insectos voladores y no muestra una especial preferencia por las abejas domésticas. Durante miles de años los abejarucos han convivido con los apicultores y las interacciones entre colmenas, seres humanos y estas aves, lo que demuestra que la convivencia pacífica entre las especies silvestres y las actividades humanas ha sido y es posible. Además, forma parte del potencial turístico ornitológico de Extremadura.

Es sabido que el abejaruco, a día de hoy, es el mayor aliado que tiene el apicultor en el control de la Avispa asiática (que sí que es una especie exótica invasora), una especie de avispa que si acaba con los colmenares y que se encuentra a las puertas de Extremadura.). Pudiendo dar lugar a una imagen deplorable de estas bellas aves muertas por toda Extremadura. Cualquier medida que se tome debe estar basada en estudios científicos contrastados y objetivos.

Asaja y la Junta de Extremadura no están actuando ni tomando medidas de la misma manera drástica contra los principales problemas de los colmenares: el cambio climático, la enfermedad de la varroa y sus tratamientos, el uso masivo de herbicidas, pesticidas e insecticidas (en especial de los neonicotinoides), el uso de semillas tratadas con insecticidas, el aumento del número de colmenares por metro cuadrado y el no respeto de las distancias entre colmenares, los bajos precios de la miel, la mala etiquetación de la miel, la importación de miel china, la mezcla de mieles…

Hay estudios e informes oficiales que demuestran que esta ave no es tan dañina para las abejas como asegura el sindicato Asaja tan insistentemente. La convivencia abejarucos, colmenas y apicultores lleva mucho tiempo de existencia y los problemas tanto de colmenas y abejas melíferas como de apicultores no se tratan exclusivamente con esta medidas poco acordes con la conservación de la biodiversidad de nuestra región. Exigimos que se trate de manera amplia y profunda toda la problemática actual que vive este sector en Extremadura, inclusive la grave influencia que parecen tener los plaguicidas y herbicidas que se utilizan actualmente y de los cuales Asaja es prodefensor en el uso de los mismos.

Según estudios científicos de la Universidad de Stirling (Reino Unido) y el Institut National de la Recherche Agronomique (Francia) sobre la exposición a pesticidas tanto en abejorros como en abejas melíferas los resultados fueron que estos dañan a las colonias, en algunos casos, las poblaciones se redujeron entre un 8 y un 12% y que afectan a los sistemas de orientación para regresar a la colmena.

Las abejas no sólo hay que conservarlas porque nos dan una producción de miel sino porque son insectos polinizadores tremendamente importantes dentro del ecosistema. El uso indiscriminado de plaguicidas y herbicidas origina a su vez que haya menos insectos en el campo y más presión sobre las colmenas, ya que son focos localizados de comida para estas aves.

Por tanto, creemos que este es un punto primordial (al igual que el resto de problemáticas expuestas) de cara a tomar medidas tanto técnicas como ambientales y económicas para la mejora y promoción del sector apícola en la región.

Además, existen otro tipo de medidas preventivas cuya eficacia está probada. El Ministerio tiene definidas medidas eficaces dentro del Catálogo de medidas de protección de la agricultura y la ganadería: Interacciones con la fauna silvestre. En concreto, para la protección de colmenares frente a los abejarucos como son la instalación de redes y malla, y el suministro de agua. También existen cometas que simulan el vuelo de rapaces diurnas cuya eficacia ya han probado muchos apicultores y agricultores con resultados altamente positivos para ahuyentar a los abejarucos de las colmenas, tanto en Extremadura como en Castilla La Mancha.

Los apicultores de algunas comunidades autónomas pueden contar con una línea de subvenciones para minimizar los posibles daños producidos por los abejarucos, como es el caso de Cataluña.

Este tipo de medidas nos parecen más acordes y respetuosas con la protección que tiene esta ave y con los estudios de la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife) sobre su tendencia al descenso de su población en Europa. Por lo que se solicita al gobierno extremeño que desarrolle políticas agrarias que favorezcan al sector apícola, en lugar de solicitar permisos excepcionales para eliminar abejarucos.

Desde Ecologistas en Acción de Extremadura se pide al gobierno extremeño que facilite a los apicultores este tipo de ayudas.

Asimismo se exige con esta petición reconducir la forma en que se ayuda a los apicultores a través de las subvenciones para el Fomento de la Biodiversidad financiadas por Europa. De manera que se fomenten y encaminen a la certificación de trabajos de mejora en el colmenar como la plantación de plantas melíferas, colocación de bebederos, vallados excluyentes, potenciación de rapaces controladoras… sin límite del número de colmenas. Pero también por una mejor ordenación del sector apícola y de los verdaderos problemas de los apicultores.