Las colonias de aves urbanas como los vencejos y aviones comunes son fundamentales para el control de insectos como los mosquitos. En Melilla casi todas estas colonias han sido destruidas en pos de una estética urbana errónea, y la plaga de mosquitos actual es la prueba.

Políticas erróneas contra nuestros aliados naturales

Una política urbana poco respetuosa con la naturaleza termina teniendo efectos negativos tanto en la economía como en el bienestar del ciudadano. Un ejemplo claro lo tenemos con la población de mosquitos en Melilla, que ha ido en aumento progresivo en todos los barrios de la ciudad en estos últimos años, y las medidas que se han tomado contra esta plaga siempre han sido inútiles y enormemente caras.

En otras ciudades de España ya hace tiempo que descubrieron la relación directa entre la disminución de las aves insectívoras y el aumento de estos insectos, y muchas de ellas ya están tomando medidas para volver a aliarse con la naturaleza para controlar las plagas.

Las soluciones tienen unos costes irrisorios

Estas medidas nunca son caras; antes al contrario, son muy sencillas y resultan insultantemente baratas, pues la principal medida consiste en no destruir las colonias de aves insectívoras que anidan en el casco urbano, y que por una estética mal entendida se habían convertido en el objetivo de las torpes políticas urbanas de estos últimos años.

En otros muchos municipios están reparando el error histórico del desmantelamiento de estas colonias urbanas de aves insectívoras poniendo nidales artificiales para favorecer el regreso y la crianza de estas aves en sus urbes.

Errores históricos en la ciudad

En Melilla somos muchos los ciudadanos que recordamos los nidos de aviones comunes en las cornisas del ayuntamiento y de la plaza de toros, y de cómo fueron destruidos sistemáticamente en sendas reformas de estos edificios; otro tanto ocurrió con los vencejos que anidaban bajo los techos.

Estaba claro que estos nidos no eran del gusto de los gobernantes de entonces, pero nunca se ha hecho nada por reparar tamaño error. La cuenta es bien sencilla: si calculamos la cantidad de mosquitos que devora cada una de estas aves al día, el resultado no puede ser otro que el de la plaga actual.

Nidos para los edificios escolares

En la línea de las políticas que se están poniendo en marcha en tantas ciudades en la actualidad, Guelaya-Ecologistas en Acción potenciará en 2018 la instalación de nidales para aves insectívoras en los edificios escolares de la ciudad, donando dichos nidales y ayudando a su colocación. La idea es que además de ser útiles para el control de los insectos sirvan como recurso educativo para los alumnos. Estos nidos servirán para distintas especies según su tamaño y forma, y principalmente están pensados para aviones comunes, golondrinas, vencejos, herrerillos, carboneros y papamoscas grises.

Incluso probaremos este año con unos nidales de reciente confección e ideados para un mamífero antaño muy abundante en Melilla también, y con gran capacidad como controlador de plagas, el murciélago.