Después de dos décadas de ecologismo social, repasamos ese tiempo con cuatro personas activistas de distintos territorios.

María José Esteso Poves. Redacción. Revista Ecologista nº 94.

Hace 20 años, el 5 y 6 de diciembre de 1998, se celebró el Congreso constituyente de Ecologistas en Acción tras dos años de debates. En ese tiempo los ecologistas estaban buscando su sitio. Finalmente, Aedenat y diversos grupos decidieron dar el paso y se creó la Confederación de Ecologistas en Acción que hoy aglutina a más de 300 grupos de todo el Estado español.

Estos años han hecho historia, han sido muchas las luchas que se han llevado a cabo. Por el camino hemos perdido a compañeros y compañeras muy valiosas que dejaron gran parte de su vida en la defensa del medio ambiente, las personas y la justicia social.

Contra una urbanización en el Moncayo. Acción de los Ecofontaneros en 1989.

Por eso, Ecologistas en Acción va a llevar a cabo distintas actividades, a lo largo de este año, para celebrar que seguimos con ganas y mucha fuerza para defender el ecologismo social. Se van a realizar debates públicos e internos, con discusiones estratégicas en los grupos de la confederación, y se editarán distintos materiales y vídeos. José Luis García Cano, que participó en el proceso de creación de Ecologistas en Acción y forma parte de la Campaña 20 años en Acción, explica que se está preparando también un primer libro sobre el movimiento ecologista. Desde su origen, en la década de los 70, hasta 1998, con el objetivo de “contar la historia por sus protagonistas».

Para José Luis, las movilizaciones del No a la Guerra, la plataforma Nunca mais y la lucha contra el trasvase del Ebro han sido referencias del movimiento ecologista en estos últimos veinte años.

Para saber más sobre estas dos décadas, Ecologista ha charlado con cuatro personas veteranas de la organización que todavía siguen muy activas y han vivido intensamente estos veinte años de ecologismo. Lola Yllescas, de Ecologistas en Acción de Cádiz, Juan Carlos Gracia, de Aragón, Elena Díaz, de Madrid, y Paco Ramos de Ecoloxistes n’Aición d’Asturies.

Grupos diversos

Sobre los motivos que les llevaron a sumarse a Ecologistas en Acción, Lola Yllescas explica que antes de incorporarse a esta organización, ya participaba en la defensa del medio ambiente: «En 1986 creamos la Federación Ecologista Pacifista Gaditana, nos llamábamos por sus siglas, un nombre impronunciable —reconoce— FEPG.

Lola Yllescas, Ecologistas en Acción de Cádiz.

Lola Yllescas: «Tenemos un equipo muy humilde pero tremendamente activo y valiente».

Después vino la Confederación Ecologista Pacifista Andaluza (CEPA) y más tarde nos integramos en Ecologistas en Acción porque nos movía lo mismo». Lola es catedrática de Ciencias Naturales y ha sido elegida recientemente coordinadora confederal de Ecologistas en Acción junto a Paco Segura y Luis Rico. Dice que fue afortunada: «Soy geóloga y he sido profesora, ahora estoy jubilada, y tuve la suerte de coincidir en mi instituto con un grupo de profesores con una sensibilidad parecida: Juan Clavero, Daniel Marijuan, Pepe Osuna… y la mayoría seguimos activos».

Por otra parte, Paco Ramos, técnico de telecomunicaciones, recién jubilado, y activista incansable, apunta que en 1987, cuando regresó a Asturias, empezó a participar en el Grupo Ecoloxista Deva, de ámbito regional, y un año después se unieron a Aedenat Asturies». Su empeño fue intentar crear «una gran confederación ecologista como es hoy —dice satisfecho— Ecologistas en Acción».

Paco Ramos, Ecologistas en Acción de Asturias.

Paco Ramos: «El ecofeminismo sirve para que los hombres nos demos cuenta de lo mucho que tenemos que avanzar»

Considera imprescindible recordar a activistas que ya no están como Ángeles Valdés «una mujer que cohesionó nuestra actividad, tanto en Gijón como en Avilés, y que nos dejó demasiado pronto». Pero quien más le marcó fue «Ladislao Martínez, del que aprendí todo lo sé y él que más me aportó—insiste—; también, Antonio Lucena, con un bagaje impresionante, y Ramón Fernández Durán, por lo que representa», aclara Paco.

Otra veterana es Elena Díaz, profesora de secundaria jubilada e integrante del grupo de Madrid. Dio sus primeros pasos en esta organización en 1985: «Me incorporé en Aedenat a raíz de la Comisión antiOTAN», recuerda. Confiesa que venía de la «izquierda extraparlamenteria» y cuando llegó el referéndum se unió a los ecologistas, tenía unos treintaitantos…».

Elena Díaz, Ecologistas en Acción de Madrid.

Elena Díaz: «Yo no tenía ninguna conciencia ecologista pero cuando conocí Aedenat, me gustó la gente y lo que decían».

Elena asegura que entonces no tenía conciencia ecologista «pero cuando conocí Aedenat, me gustó la gente y lo que decían». El grupo al que se refiere Elena era la Comisión de Energía, «los energéticos, como les llamaban, donde estaban José Luis García, Ladislao Martínez, Goyo, Álvaro, Rosana Fernández, Nacho… —hace memoria—. También entonces conocí a Santiago Martín Barajas y otros compañeros más».

En Aragón el movimiento ecologista también ha sido muy activo. Juan Carlos Gracia, actor de formación, explica que empezó en el 97 en Aedenat. «Pertenecíamos a los Ecofontaneros de Zaragoza y en el 98 nos unimos a Ecologistas en Acción».

Juan Carlos Gracia, a la derecha, Ecologistas en Acción de Zaragoza.

Juan Carlos Gracia: «Los ecologistas somos la vanguardia de una conciencia social que es la de la gente»

Relata que vivía en Gallur y «nos querían poner una incineradora de residuos tóxicos y peligrosos en el pueblo». Aunque su activismo era cultural «contactamos con los Ecofontaneros y eso fue una inyección de apoyo y ahí empezamos una movilización continua contra la planta. Tras dos años de protestas, ganamos la lucha —dice entusiasta—. La incineradora no se puso».

Movilizaciones y logros ecologistas

Todos apuntan que finales de los 80 y primeros de los 90 fueron años muy intensos. Sobre las movilizaciones llevadas a cabo en esa época, Lola repasa que entre los logros del movimiento ecologista en Andalucía está la aprobación del Plan Forestal Andaluz (1989): «Entonces coincidimos jornaleros y ecologistas y tomamos fincas juntos, reivindicando que se gestionasen de otra forma». El plan forestal dio sus frutos en la Ley Forestal de Andalucía aunque —lamenta— la Junta no la cumple. Pero en su momento esa ley nos dio mucha satisfacción».

Otra batalla en Andalucía son las vías pecuarias. «Tomamos, ¡nada menos!, que la finca de Colón y Prado de Carvajal, embajador y amigo del rey», recuerda Lola. Luego vino la recuperación del río Guadalete, que era «la cloaca provincial». Estas y otras reivindicaciones en Cádiz «han dado credibilidad y respeto a los ecologistas, junto a la defensa del litoral y el urbanismo, aunque ahora los alcaldes ya se están preparando para construir más…», señala la portavoz gaditana.

En Asturias, Paco valora que lo más importante entonces era “trabajar en energía, contaminación y residuos, lo que nadie quería —dice, con cierto pesar—. Pero mi dedicación ha sido, sobre todo, la actividad en la propia confederación de Ecologistas en Acción». Considera que lo fundamental es «compartir información, luchas, apoyo...Si no fuera por una confederación como la nuestra, sería difícil para los grupos pequeños sobrevivir» recalca.

Aedenat contra la subida del transporte, 1988. Foto Ecologistas en Acción.

Urbanismo y transporte

En Madrid, Elena repasa que cuando se perdió el referéndum de la OTAN, marzo de 1986, en Aedenat solo se hablaba de energía y medio natural y ella “no tenía ni idea de eso—afirma Elena—, yo soy de Historia y por eso creamos la Comisión de Urbanismo y Transporte, en la que estaban Ramón Fernández Durán, Chato [José María Galante], etcétera, y aquello empezó a crecer», recuerda.

Mientras, en Aragón, el grupo local de Zaragoza, estaba en plena ebullición.»En los Ecofontaneros estaban Pedro Arrojo, Perico, José Luis Martínez, el Negro, Teresa Duplá, Luis Clarimón, que siguen en Ecologistas, Víctor Frago…» explica Juan Carlos. También rememora que esa generación de ecologistas llevó a cabo movilizaciones contra una urbanización en el Moncayo: «Llegaron a enterrase hasta la cintura, en una mezcla de cemento y yeso, en el camino de acceso a las obras, para impedir el paso a los camiones”.

Por otra acción, les multaron con 400.000 pesetas. Pero el ingenio no tiene límites: «Pidieron todo ese dinero a los amigos: Iban con una hucha y al final lo juntaron. Y fueron al juzgado con las 400.000 pesetas, una a una, y como era moneda de curso legal, se las tuvieron que admitir”, recuerda entre risas. Paralizaron el juzgado un tiempo. También vivió las protestas contra el trasvase del Ebro.

En defensa de lo público

La defensa de lo público es importante en el ideario de Ecologistas en Acción. Elena recuerda una de las acciones más memorables de la Comisión de Urbanismo y Transportes: «Sacamos una especie de bonobús de cartón, cuando subieron el precio del transporte en Madrid. Era de 10 viajes, igual que el que había entonces, pero con otro color y otro texto. E íbamos pasando y ‘picando’ con él en el autobús…». Pero aquello les costó una multa, que no pagaron. Argumentaron que el bonobús no era una imitación: «Dijimos que era sólo propaganda. Y ganamos. Repartimos unos 5.000 bonobuses que la gente utilizó para viajar gratis», comenta Elena.

Tanto Elena, como Juan Carlos y Paco coinciden con Lola en que “tras estos veinte años, Ecologistas en Acción se ha convertido en un referente”. El portavoz asturiano dice, además, que esta organización “aporta rigor y coherencia y eso nos permite trabajar con un montón de organizaciones con sensibilidades y mundos diversos», sostiene Paco.

Para Juan Carlos el activismo ha merecido la pena y da frutos: «Por ejemplo, se ha ganado Biscarrués, aunque la sentencia no es firme». Pero el asunto del fraking no le deja descansar.

Mantiene que los ecologistas «somos tan necesarios, como el pan de cada día, como escribió Gabriel Celaya en la poesía es un arma cargada de futuro». Aunque piensa que es complicado trasmitir «un mensaje que no pueda parecer catastrofista como el cambio climático».

El movimiento ecologista

En esta línea, Lola asegura que «los ecologistas constatamos que los partidos políticos no controlan de sostenibilidad, como Podemos, que nos llama, pero conocen poco sobre medio ambiente».

Desde la perspectiva de Elena, el movimiento ecologista es necesario porque «da una nueva visión a la sociedad: un enfoque ambiental». Lola profundiza: «Ecologistas en Acción da alternativas al modelo energético y decimos que los recursos se acaban». Cree que tampoco «nadie está hablando de decrecimiento como lo hacemos nosotros y, si no decrecemos, entraremos ante sucesivas crisis y desastres como el cambio climático, ya presente”.

El equipo humano

Sobre el equipo humano de Ecologistas en Acción, Lola apunta: «Tenemos un equipo muy humilde pero tremendamente activo y valiente». Además, llama la atención sobre «una organización no jerarquizada como la nuestra, en la que la base son los grupos locales, anclados en su territorio…Eso es un acierto».

Otro aspecto en el que coinciden las cuatro personas entrevistadas es en el ecofeminismo. Para el portavoz asturiano, «es necesario dar una visión de género en todas las actividades en las que participemos y “que los hombres nos demos cuenta de lo mucho que tenemos que avanzar», dice Paco.

Pero si algo distingue a Ecologistas en Acción, según la portavoz andaluza, es ser “la única organización que está llevando a cabo una lucha en defensa de la naturaleza y por las mujeres, su dignidad y sus vidas», concluye.