Ecologistas en Acción de Cantabria ha exigido la paralización inmediata de las obras de una pista forestal de nuevo trazado de 6 kms, entre el puente de Rozas y La Cotera de Los Cuévanos en pleno corazón del Monte Ucieda (Ruente), puesto que amenaza con arruinar y degradar irreversiblemente uno de los parajes mejor conservados del Parque Natural Saja-Besaya.
La creación de esta pista forestal está en abierta contradicción con los objetivos del espacio protegido, creado por el Gobierno de Cantabria (Decreto 25/1988), y con el Plan de Uso y Gestión (D. 91/2000), con las Normas Subsidiarias de Planeamiento de Ruente que califican al área como «suelo rústico de especial protección», y con el papel de una Junta Rectora que no facilita la participación ciudadana al no tener derecho a voto los representantes ecologistas, Universidad, Colegios, organizaciones ganaderas o turísticas; incumpliendo, por otra parte, de manera flagrante, las Directivas Comunitarias 74/409 CEE,, relativa a la conservación de las Aves Silvestres, y 92/43 CEE, sobre los Hábitas Naturales y de la Flora y la Fauna Silvestres.
Las obras, susceptibles de un delito ecológico en el que incurrirían el Consejero de Agricultura, la Directora General de Montes y el ingeniero-jefe, redactor del proyecto y que serán denunciados ante los Tribunales de Justicia y las instituciones de la UE de no atender nuestra petición, se han iniciado, además, sin período de información pública, sin proceso de adjudicación, sin evaluación de impacto ambiental (Decreto 50/1991), sin el informe preceptivo de la Confederación Hidrográfica del Norte por cuanto afecta a la cabecera del río Lar, sin el dictamen obligado de la propia Junta Rectora del Parque Natural Saja-Besaya, y sin adoptar las cautelas a que obliga la inminente declaración de Zona de Especial Conservación (ZEC) como Lugar de Interés Comunitario de la Red Natura 2.000 al espacio afectado.
Las consecuencias serán brutales e irreversibles en un espacio milagrosamente conservado, casi fosilizado dentro de su dinámica biológica, y donde la síntesis armoniosa de hombre y naturaleza se expresa como en pocos lugares del Parque y de Cantabria al combinarse la presencia de valiosos testimonios del patrimonio Cultural viejos caminos de monte, el despoblado de Rozas, la cabaña del Jou de la Collá, hornos de cerámica preindustrial, castañares, cercados, fuentes… con una gran diversidad y riqueza de ecosistemas, paisajes y micropaisajes y abundante fauna silvestre en un refugio apenas alterado o transitado donde alterna un espléndido bosque de roble y haya con las brañas abiertas en los claros de la cresta del pernal o en laderas de menor pendiente, utilizadas aún como prados de siega hasta los años 50 y hoy convertidos en lugar privilegiado de pasto para tudancas y caballos que conviven con una gran variedad de aves como los escasos pico mediano y pito negro o algunas grandes rapaces, reptiles como el tritón alpestre o la salamandra, mamíferos como el corzo, el venado o el jabalí u otros protegidos como el armiño, la marta, el tejón, la garduña, turón, gineta, gato montés o nutria, y varios micromamíferos.
La calidad de estos ecosistemas y paisajes debería ser el principal argumento para suspender el proyecto de una pista absolutamente innecesaria que parece obedecer a un fin en sí mismo en función de los negocios que rodean muchas obras públicas y que acabaría con los valores que constituyen el principal atractivo de un turismo respetuoso con la naturaleza pero también con las funciones ecológicas que deben desempeñar estos auténticos santuarios cada vez más escasos y excepcionales.
Pero hay argumentos no menos importantes para rechazar el desatino: Porque en contra de los utilizados por la Consejería y Montes, Rozas no está expuesta a incendios ni necesita más accesos rodados; porque los estragos causados y los bajos precios de las subastas madereras serían auténtico chocolate del loro; porque hay inversiones más urgentes y prioritarias para conservación, aprovechamientos sostenibles, rehabilitación del Patrimonio Natural o Etnográfico o turismo respetuoso, y porque la pista rompería la continuidad y calidad de paisajes y ecosistemas que la propia Consejería ha señalizado o promocionado en el área como Buzalgosu-El Andinoso o Arboles Singulares o los que sirven de referencia a propuestas didácticas y de educación ambiental en «El Monte Ucieda (Cantabria): Un itinerario ecológico» .
Ecologistas en Acción de Cantabria considera, por tanto, suficientes los argumentos, económicos, sociales y ambientales para justificar su rechazo, suspender la obra y reorientar la inversión a otras iniciativas prioritarias y beneficiosas para el interés general y los valores del Monte Ucieda y el Parque Natural Saja-Besaya. Y que son muchos los desafíos legales a los procedimientos y la elaboración y ejecución de un proyecto que choca frontalmente con las propias normativas del Gobierno de Cantabria y con las directrices españolas y comunitarias en materia de protección ambiental, conservación de la biodiversidad y preservación del paisaje.