Los últimos censos realizados por la Estación Biológica de Doñana indican la escasez o total ausencia de varias especies de aves amenazadas en el espacio protegido de Doñana. Según esta entidad científica no se ha podido constatar la presencia de calamón común, focha moruna, cigüeña negra y morito, especies incluidas en las mayores categorías de amenaza y que son habituales en el entorno de Doñana. Esta ausencia no indica necesariamente su desaparición en la zona, sino que se encuentran concentradas en áreas periféricas a este espacio natural, como es el caso del Brazo del Este (Paraje Natural) y el resto de humedales y arrozales de la cuenca baja del Guadalquivir. En este sentido WWF- ADENA y Ecologistas en Acción alertan del grave riesgo que sufren estas especies fuera de zonas protegidas, ya que están siendo objetivo de furtivos que las eliminan achacando molestias y daños a la agricultura. Daños que no son debidamente documentados y que, en todo caso, deberían ser indemnizados por las administraciones competentes, como modelo deseable de integración entre explotación agrícola y conservación de la naturaleza.

En el caso concreto del calamón común, especie que se recuperaba satisfactoriamente después de estar al borde de la extinción y con una población estimada en las Marismas de hasta 12.000 individuos en 2001 – 2002, ha reducido su población en un tercio (4.000 individuos) debido a la persecución sistemática de la que es objeto en los arrozales de la cuenca baja del Guadalquivir. Tenemos constancia de la utilización de redes para su captura y la celebración de batidas con palos y perros para perseguir y capturar calamones. Las organizaciones firmantes de este comunicado recuerdan que la persecución, muerte y molestia de esta especie está considerada como un delito contra nuestro patrimonio natural. Delito que debería ser perseguido con toda la fuerza de la ley.

WWF-ADENA y Ecologistas en Acción, organizaciones implantadas desde hace años en el entorno de Doñana y conocedoras de la grave situación que atraviesa este espacio natural y su entorno, exigen a la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía, que ponga fin a las matanzas de calamones y otras especies protegidas en el entorno de Doñana.

Debemos recordar que Doñana ejerce un papel vital, a escala continental, para la conservación de estas especies. En el caso del calamón común, la protección efectiva a la que estaba sometido en Doñana hasta hace unos años ha permitido su expansión y recuperación en el resto de Andalucía, vía Valle del Guadalquivir, y por extensión en el resto de comunidades autónomas. Debemos reconocer que la reducción del número de calamones en Doñana supone un riesgo elevado para la conservación de la especie, riesgo que no estamos dispuestos a asumir y que la Junta de Andalucía tiene la obligación de evitar. En este sentido se echa en falta una mayor diligencia a la hora de denunciar los desmanes de la agricultura y la acción de los furtivos en el entorno de Doñana.