Concesiones a tan largo plazo hipotecan la capacidad de decisión de futuras generaciones y de futuras corporaciones municipales.

En una sociedad en la que imperan las reglas del libre mercado -que fuerzan a la mayoría de los ciudadanos a competir sin descanso- es inaceptable por injustificado y contrario al interés público y al principio de buena administración, contratar por un periodo tan largo. El Ayuntamiento, – siendo el transporte público deficitario en cantidades millonarias-, está obligado a imponer cuantas exigencias sean precisas para facilitar el mejor servicio a los usuarios, con el mínimo coste económico, social y ambiental. En este sentido los plazos cortos y las prórrogas, condicionadas a la calidad de la prestación, son indispensables.

Así lo expusimos en las alegaciones presentadas a los Pliegos de Condiciones, que fueron desestimadas en su totalidad -a pesar de que el informe técnico, en el que se basó la desestimación, nada decía en contra de los plazos propuestos por esta asociación-: Cinco años (5), tiempo que se ha demostrado suficiente para que las empresas ejecuten el plan de mejoras con el que ganan el concurso; a partir de ahí, las concesiones se estancan y el servicio, siempre subsidiario de la administración, se hace más gravoso para el erario público. Además, “Ecologistas en Acción” proponía dotar al Ayuntamiento, en sus pliegos administrativos y técnicos, de instrumentos objetivos de control de la concesión, tales como la realización de encuestas anuales “independientes”; condicionando la prorroga del contrato, al resultado de las mismas y sobre todo al incremento del número de viajeros en cada ejercicio. Téngase en cuenta que el municipio de León y su alfoz presentan un índice bajísimo de utilización del transporte público, que deviene en atascos frecuentes por la enorme cantidad de vehículos privados que colapsan, casi a diario, los accesos a la ciudad.
Mejorar el transporte colectivo urbano e interurbano dando un servicio de calidad capaz de conectar con eficiencia los núcleos que conforman el área metropolitana, entre sí, y con el centro de León, es una asignatura pendiente, que el urbanismo disperso, el tráfico desbordado que conlleva, y el consecuente aumento de la contaminación atmosférica, han convertido en necesidad perentoria de la población. Las autoridades responsables (en complicidad con las empresas del transporte) tendrán que afrontar los problemas del tráfico motorizado con urgencia, para rebajar los niveles de contaminación atmosférica que registra el municipio de León: por encima de los límites legalmente establecidos que aseguran la protección de la salud humana.

Adjuntamos el documento completo de las alegaciones, redactadas gracias a la colaboración del responsable del área de movilidad de Ecologistas en Acción de Salamanca.