Acaba de publicarse un libro de insectos que podría tomarse como ejemplo de tratado de divulgación de temas de naturaleza más o menos especializados. Si alguien pretende engancharse a un tema tan fascinante como son los escarabajos (coleópteros), acaso sea ocasión de hacerlo. Se trata del libro “Escarabajos de Vizcaya”, escrito por el doctor Pablo Bahillo de la Puebla. Editado por la BBK, la Caja de Ahorros de Bilbao y Vizcaya, pertenece a la colección Bizkaiko gaiak (Temas vizcaínos 378-379).

Aunque la mayor parte de los coleópteros que se reflejan en sus ciento sesenta y siete páginas solamente se pueden observar en la parte ibérica más septentrional: norte de Portugal, Galicia, Asturias, Cantabria, norte de Castilla y León, Euskadi, Navarra, Aragón y Cataluña, hay otros que sí podremos avistar por los encinares, pinares, bosques galería o huertas del resto de la península: escarabajo rinoceronte (Oryctes nasicornis grypus), ciervo volante menor (Dorcus parallelipipedus), longicornio del pino (Ergates faber), longicornio del sauce (Aromia moschata) y escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata) son los más conocidos y llamativos.

El tomo se divide en trece apartados: Introducción; Los escarabajos (Ciclo vital de un escarabajo; Dimorfismo sexual); Usos medicinales de los escarabajos; Los escarabajos protegidos; Escarabajos depredadores; Escarabajos necrófagos; Escarabajos coprófagos; Escarabajos fitófagos; Escarabajos xilófagos; Escarabajos saproxílicos; Escarabajos radicívoros; Los escarabajos plaga. El autor se ocupa de cada una de las especies seleccionadas a doble página, con su nombre científico, la familia a la que pertenece y un texto en el que ha puesto especial cuidado por utilizar un lenguaje que sin perder rigor sea absolutamente comprensible para todos; de ese modo describe brevemente cada especie y nos conduce por su biología y ecología y lo complementa con su distribución geográfica en Vizcaya –mapa sintético incluido- y una o dos fotografías (del propio autor) tomadas en el hábitat natural. En cada unidad se condensan los conocimientos adquiridos por Pablo Bahillo durante más de treinta años de paciencia y pasión por el estudio de los escarabajos, aunque en esta ocasión el afán es decididamente divulgador. No se necesitan conocimientos previos para poder entender su mensaje, sólo estar interesados y dedicar un tiempo y atención a su lectura.

La Caja de Ahorros BBK ha cuidado la publicación al máximo y ciertamente ha impreso un libro excelente, de gran calidad editorial; eso se refleja tanto en lo que a maquetación y formato se refiere, que hace muy cómoda y agradable su lectura, como a las magníficas ilustraciones.

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Pablo Bahillo de la Puebla

Pablo Bahillo de la Puebla (Basauri, 1959) es uno de los entomólogos más importantes que actualmente tenemos en España. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad del País Vasco, en 1984 ingresa en el Cuerpo de Catedráticos de Bachillerato. Primero desarrolló su labor docente en Medina del Pomar (Burgos) y en 1987 pasó al Instituto “Antonio de Trueba” de Barakaldo, donde actualmente imparte clases. Como científico, ha descrito diversas especies ibéricas nuevas para la ciencia (destacó el descubrimiento de un endemismo ibérico, Tillus ibericus [1], que vive en los encinares españoles) [2], ha escrito cinco libros, publicado más de un centenar de artículos científicos y presentado diversas comunicaciones en congresos de entomología nacionales e internacionales.

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Tillus ibericus

En la actualidad dirige dos proyectos de investigación sobre insectos que se verán culminados con sendos libros: “Bostríquidos de la fauna íbero-balear”, que publicará la Asociación Gipuzkoana de Entomología (Gipuzkoako Entomologia Elkartea), y “Coleoptera Cleridae I” para el Proyecto Fauna Ibérica, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

Son importantes los tratados que divulgan la afición por la naturaleza desde el conocimiento y el respeto a la vida. Nos quedamos con un párrafo de la página 33, inserto por el autor en el capítulo dedicado a conservación: “Aunque la práctica totalidad de los investigadores entienden que la única forma eficaz de proteger los organismos vivos es preservar su hábitat, no es menos cierto que las medidas puntuales sobre algunos organismos concretos, pueden suponer el primer impulso en la protección de los mismos“.

José Ignacio López-Colón y José Luis García Cano, Ecologistas en Acción

Notas

[1] Ver revista El Ecologista número 39 (primavera de 2004), página 13.

[2] El impacto mediático que supuso su descubrimiento fue grande, ya que la especie se describió de un encinar del municipio de Tres Cantos amenazado por la inminente construcción de un campo de golf municipal. (Todo esto, lógicamente, fue un proceso ajeno a la propia investigación científica y a la descripción del insecto.) Se produjo una verdadera batalla política en el Ayuntamiento de Tres Cantos que culminó con la promesa de la alcaldesa y los ediles y técnicos de medio ambiente de ese Consistorio para “proteger” la especie permitiéndose dar unas “lecciones de entomología” que ni los mejores expertos podían aventurar (se desconoce hasta el momento prácticamente todo sobre su biología y ecología), y que por descontado pretendían justificar –también en ese aspecto- la construcción de su proyecto golfista (La Razón, 16-IV-2004; pág. 38). Las asociaciones de vecinos, ecologistas y partidos de la oposición se opusieron a un proyecto “deportivo” cuya ubicación cae nada más y nada menos junto al Soto de Viñuelas (montes de El Pardo), un enclave natural -huelga decirlo- de un valor medioambiental inconmensurable. Hasta el escritor Moncho Alpuente se ocupó del asunto en una columna de prensa con un principio tan ingenioso como por desgracia utópico; decía: “El Pillus ibericus [Moncho lo denominó así, “Pillus” en vez de “Tillus”, no sabemos si por un error tipográfico o por hacer un juego de palabras] es un coleóptero tan voraz que puede acabar con un campo de golf incluso antes que comiencen a construirlo…” (El País, 24-III-2004). Dicho campo de golf era ya un proyecto polémico en 2002 y según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid inviable debido al “gran impacto medioambiental” que iba a causar (El País, 23-VI-2002). Aunque ya tuvo una sentencia judicial en su contra en 2005 (sentencia nº 954, de 5 de julio de 2005, Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, tras recurso interpuesto en 2001 por la Asociación de Vecinos de Tres Cantos), parece ser que el proyecto del ayuntamiento tricantino sigue pendiendo como una espada de Damocles para su posible construcción en un futuro próximo. Aparte de las demás consideraciones, utilizaría unos 14.000 metros cúbicos de agua por hectárea (el campo de golf transformaría unos 600.000 metros cuadrados, o lo que es lo mismo, unas 60 hectáreas). Y es que ni siquiera el descubrimiento del doctor Bahillo va a ser capaz de librar a este enclave natural del rodillo de la construcción, en este caso del subsector que representa el “ladrillo deportivo”.