Con motivo de la conmemoración el 22 de marzo del Día Mundial del Agua, Ecologistas en Acción recuerda la importancia crucial que este elemento tiene en nuestras vidas, tanto desde el punto de vista ambiental, como desde el económico, social, sanitario y cultural, y vuelve a hacer un llamamiento a todas las partes implicadas para que desde la responsabilidad y el sentido común promuevan iniciativas que conduzcan a una gestión sostenible de los recursos hídricos en nuestra región, una gestión que garantice la recuperación de nuestro patrimonio natural y asegure el futuro de las economías agrarias familiares.

Reclamamos, pues, la aplicación de la Directiva Marco del Agua mediante la puesta en marcha del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), de manera que se alcance un modelo de gestión del agua basado en la sostenibilidad ambiental y social del sistema.

En coherencia con lo anterior, reiteramos igualmente nuestra oposición a los trasvases entre cuencas, exigimos la eliminación del Acueducto Tajo-Segura, y denunciamos el trasvase desde el Tajo a la Llanura Manchega que, bajo el pretexto del abastecimiento urbano pretende suministrar agua a los campos de golf del Reino de don Quijote y otras poblaciones.

Para que el PEAG no sea un documento vacío de contenido, es necesaria la aprobación de una Ley de Acompañamiento al mismo, un Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca y la reconversión del sector agrario, de modo que nuestra agricultura se adapte a las posibilidades reales del sistema, primando a las pequeñas y medianas explotaciones familiares frente a los grandes terratenientes, mayores consumidores de agua. Una vez más, volvemos a reclamar el cierre de todos los pozos ilegales.

Finalmente, exigimos una moratoria en la aprobación de los numerosos proyectos de urbanizaciones asociados a campos de golf que pretenden instalarse sobre la Cuenca (Ciudad Real, Puertollano, Argamasilla de Alba, Manzanares, Valdepeñas, Picón, Malagón, etc.). Cabe recordar que un campo de golf de 18 hoyos consume el mismo agua que una población de 20.000 habitantes, por lo que el conjunto de proyectos de este tipo que en la actualidad planean sobre la provincia de Ciudad Real, consumiría, de llevarse a cabo, tanto como una ciudad de 300.000 habitantes, sin contar el gasto de las urbanizaciones y zonas ajardinadas que cada uno de estos proyectos contempla, que duplicaría con creces dicha cifra.