Desde hace algo más de una semana la organización ecologista WWF/ADENA viene recibiendo numerosas críticas y presiones desde diferentes medios de comunicación, principalmente por parte de Asociaciones de Empresarios, Organizaciones Agrarias e Instituciones Públicas (FOE, Ayuntamiento de Almonte, Fundación Doñana 21, FresHuelva, ASAJA…), tras la campaña de información sobre los cultivos intensivos iniciada por dicha organización ecologista.

Desde Ecologistas en Acción, no sólo apoyamos a la organización ecologista WWF/ADENA en su defensa de la biodiversidad, sino que consideramos oportuna y adecuada la campaña divulgativa que viene realizando sobre todo en las grandes superficies comerciales, informando sobre los diferentes efectos negativos que la agricultura intensiva, bajo plástico principalmente, está produciendo en un territorio de tan alto valor ecológico como es Doñana y su entorno.

El éxito de este tipo de agricultura intensiva (enarenados, plantaciones bajo plásticos, riegos, cultivos hidropónicos), se fundamentan en la posibilidad de conseguir producciones fuera de temporada, denominada por algunos autores como “agricultura especulativa”, mayores inversiones con mayores beneficios. Los invernaderos, sin embargo, necesitan extensas superficies de suelo para instalarse, en la mayoría de los casos se trata de terrenos forestales transformados en agrícolas, también necesitan de accesos rodados, acometidas eléctricas e instalaciones de agua, con la introducción de numerosos elementos artificiales, desde plásticos para cubrir los cultivos (algunos de los cuales aún se siguen arrojando en cualquier sitio o se incineran a pie de invernadero), hasta las más variadas sustancias químicas, trátese de fertilizantes para enriquecer los suelos o pesticidas para combatir las diferentes plagas de los cultivos, la gran cantidad de envases de productos fitosanitarios, considerados como residuos tóxicos y peligrosos, o la complicada depuración de las aguas contaminadas que van a parar a los acuíferos de la zona. Sin perder de vista, el drama que supone para muchos, el tener que venir desde tan lejos y en condiciones tan precarias a trabajar en la recogida de la fresas.

Ecologistas en Acción viene denunciando desde hace años el deterioro masivo y la pérdida de suelo forestal y biodiversidad que los pueblos del entorno de Doñana están sufriendo, tras la implantación sin límites del cultivo de la fresa y el fresón, frambuesas y cítricos. En Moguer, parajes tan conocidos como las Malvinas, El Fresno, Los Alcalares, Arroyo Don Gil, Paraje Natural de Las Madres…han sido transformados para usos agrícolas; en Palos de la Frontera, donde el sesenta por ciento de la superficie del Paraje Natural Lagunas de Palos, se dedica al cultivo de fresas; Lucena del Puerto, donde menos de un quinto de las tres mil hectáreas de suelo forestal, está sin transformar; o en el término de Bonares, con numerosas denuncia tras las transformaciones realizadas sin autorización en el paraje de las Palomeras o más recientemente, en el Avispero, donde más de cien hectáreas han sido convertidas en agrícolas de forma ilegal, ante la total dejadez de la administración autonómica. Y así, un sinfín de irregularidades que de inventariarlas, sólo engrosarían más este gran despropósito que supone la destrucción de un territorio de gran fragilidad.

No se equivocan aquellos que culpan a las diferentes administraciones (Confederación Hidrográfica, Minas y Medio Ambiente) de este desaguisado, ya que a ellos corresponde la instrucción de los expedientes de ocupación, pero será necesario que la sociedad civil a través del consumo en los mercados, o los propios agricultores en el uso de sus prácticas agrícolas den un empuje real hacia la sostenibilidad si queremos que haya futuro para la comarca de Doñana.