Del 27 al 31 de Agosto, la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) imparte un curso sobre «prácticas sostenibles en energía, agua, residuos e emisiones» para estudiantes, técnicos y profesionales diversos en el que el debate, la crítica y el análisis desde las ponencias han quedado a un lado. Los ponentes son técnicos y profesores muy relacionados con la materia a desarrollar, con cargos de responsabilidad en la administración pública, la enseñanza, las empresas y hasta en una multinacional de la energía.

La ideología que predomina en este curso es la «economicista ambientalista» y la de la aceptación y defensa del modelo energético existente. Para esta ideología, cuando trabajamos en favor del medio ambiente, lo que más importa es la rentabilidad económica. Si no hay rentabilidad económica es mejor no hacer nada. En cuanto al modelo energético, desde esta ideología, es mejor mantenerlo, aminorando o minusvalorando las emisiones contaminantes y siendo algunas de sus alternativas, la energía nuclear y la biomasa. En esta última fuente de energía se coincide con los ecologistas, aunque fueron los ecologistas los primeros en proponerlo. Nada se dice de los efectos de la contaminación en la sociedad o en la salud de la población. Es curioso que la principal responsabilidad de la contaminación se le conceda, desde esta perspectiva «pseudosostenible», a la ciudadanía y en mucho menor grado a políticos, empresas contaminantes, multinacionales de la energía o de fabricación de vehículos. Por algo será.

Ha sido patético ver a una técnico de Unión Fenosa hablar de eficiencia energética, cuando aún generan miles de megavatios con térmicas tradicionales, muy contaminantes y muy poco eficientes. Algunas multinacionales se gastan algo de sus inmensos ingresos en publicidad engañosa y otras, intentan educar o predicar sin dar ejemplo. Sólo les importa la imagen y que la gente crea que son muy limpios, cuando en realidad emiten millones y millones de toneladas anuales de CO2 y otros contaminantes.

Sin embargo, hay excepciones como la del Director General de Savener, Aurelio Pérez. Hizo un planteamiento valiente y posible sobre la necesidad imperiosa de ir hacia un urbanismo sostenible, eficiente y rentable, aunque choque con el inmovilismo de muchos arquitectos, políticos, ingenieros, promotores…, carentes de nuevas ideas y anclados en el pasado. Presentó ejemplos de su trabajo y demostró que se puede caminar hacia un urbanismo que mejore nuestro entorno.

La UNIA, que realiza una labor sobresaliente en favor de la formación universitaria, debería de plantarse la política educativa en algunos de sus cursos. Si no hay pluralidad, diversidad y diferentes puntos de vista entre los ponentes, se irá hacia un planteamiento o pensamiento único, carente de debate, análisis o reflexión, actitudes que cada día vemos menos en la Universidad, aunque deberían ser las que la impregnaran. El alumnado sólo recibirá una versión, la del Mercado.


Luciano Lozano, miembro de Ecologistas en Acción de Andalucia