Ecologistas en Acción organizó ayer una jornada de debate sobre cómo utilizar los impuestos para destronar definitivamente a los vehículos diésel y disminuir la contaminación atmosférica.

La sala Clara Campoamor del  Congreso de los Diputados acogió ayer una jornada de debate sobre impuestos y calidad del aire. La jornada forma parte la campaña de Ecologistas en Acción ‘Mejor Sin Diésel’, patrocinada por Green Budget Europe, que hace hincapié en la necesidad de grabar más a los vehículos más contaminantes, los diésel.

Abrió la jornada Nuria Blázquez, responsable de la campaña ‘Mejor Sin Diésel’, para presentar el informe que lleva el mismo nombre. La ponente analizó cómo el diésel ha recibido un trato favorable en lo que a impuestos se refiere, lo cual ha contribuido en gran medida a que el 60 % de los 23 millones de vehículos de pasajeros de España sean diésel. “Esto supone un grave problema para la contaminación del aire y la salud porque un vehículo diésel puede ser hasta 10 veces más contaminante que un gasolina” argumentó Blázquez.

A la ponencia inaugural le siguió la primera mesa de debate, la mesa técnica. En primer lugar, Elena Boldo, científica del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, expuso las nefastas consecuencias de la polución del diésel en la salud. La ponente explicó cómo las emisiones de este combustible, en forma de pequeñísimas partículas, penetran y se dispersan en nuestro organismo. Algunos de sus efectos más habituales: es cancerígeno (sobre todo cáncer de pulmón), tóxico para sistema nervioso, endocrino, reproductivo e inmunológico, tiene efectos cardiovasculares (infarto, cerebrovasculares). Por todo ello, Boldo concluyó que «reducir el diésel es una cuestión de defender derecho a la salud. Todo el mundo deberíamos implicarnos en este trabajo, por amor al aire».

A continuación, Ignasi Puig, de la Fundación ENT y experto en fiscalidad ambiental, hizo una introducción a esta fiscalidad  y habló sobre la situación y oportunidades en España. Según Puig, las autoridades públicas no velan lo suficiente para que no haya externalidades ambientales. En su exposición, propuso una vía de solución: la reforma fiscal ecológica, que propone penalizar las actividades más negativas ambientalmente con mayores impuestos y primar aquellas más respetuosas con el medio ambiente. «La no implementación de impuestos ambientales -concluyó- puede suponer que haya que aumentar otros”.

En tercer lugar Carlos Calvo, de la federación europea Transport & Environment, realizó un recorrido por los impuestos al diésel en Europa, además de analizar  por qué este continente es donde más vehículos diésel se venden. Según el experto, a principios de los 2000 en España los impuestos a los carburantes representaban el 8 % del total de impuestos recaudados, hoy solo suponen el 5 %. Calvo concluyó que no hay razón ni ambiental ni económica que justifique los impuestos tan bajos al diésel en España e hizo una advertencia sobre el gas fósil como carburante: «Cuidado con el gas que puede pasarnos lo mismo que con el diésel. No es ecológico, es un combustible tan fósil como el diésel”. Además afirmó que no hay razones para que tenga un tratamiento fiscal favorable.

Para terminar con la mesa técnica, Christian Ege Jorgensen,  presidente de la organización ecologista danesa The Danish Ecological Council expuso un ejemplo práctico que mostró los beneficios de los impuestos ambientales en Dinamarca. A partir de la experiencia danesa, Ege afirmó que “los impuestos son instrumentos efectivos para combatir la contaminación ambiental y los impuestos directos son los que más influyen en el comprador».

De la mesa técnica a las propuestas políticas

Tras el análisis técnico tuvo lugar un debate político, moderado igualmente por Lucía Villa, responsable del área de Medioambiente del diario Público. Representantes del Partido Popular, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos y Esquerra Republicana respondieron a la pregunta planteada por la moderadora: ¿Cuál es su posición respecto a las propuestas de Ecologistas en Acción sobre la fiscalidad de diésel?

Juan Bravo Baena, representante del Grupo Parlamentario Popular esgrimió que “ninguna solución es perfecta” y eludió posicionarse sobre si el Gobierno va a tomar medidas para equiparar la fiscalidad del diésel con la de la gasolina como sí ha ocurrido en otros países.

Por su parte, Ricardo García Mira, del Grupo Parlamentario Socialista, comenzó su postura recalcando que “no está justificado el diferencial en impuestos”. Su partido está a favor de las reformas fiscales planteadas por Ecologistas en Acción pero dentro de un programa de lo que denominó “transición justa”. Para el diputado socialista, “tenemos derecho a un aire limpio pero sin destruir puestos de trabajo, ya que el sector del automóvil genera mucho trabajo directo e indirecto”.

Juantxo López de Uralde, representante del Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem- En Marea habló en tercer lugar e hizo una defensa de las energías renovables que, según dijo, “son las únicas que nos pueden sacar de esta situación. No se trata de quitarnos solo el diésel, sino de descarbonizar la economía”. Asimismo, López de Uralde aludió a la imperante necesidad de una ley de cambio climático y expuso cómo algunas soluciones para mejorar la calidad del aire son de sentido común, como la promoción de los trenes de mercancía reduciendo el transporte en camiones por carretera. La postura de su grupo ante la pregunta planteada por la moderadora era clara: “estamos a favor de una mayor fiscalidad del diésel y de todos los hidrocarburos, y por ello hemos presentado una enmienda a los presupuestos”.

Desde el Grupo Parlamentario Ciudadadanos, su representante José Luis Martínez,  afirmó que “subir los impuestos es lo último que debemos hacer”. Su exposición versó sobre la importancia de mantener la prosperidad y el desarrollo sin dañar el medioambiente y sobre la obligación que tiene España de reducir un 20% las emisiones según su compromiso en los Acuerdos de París, aunque no ofreció medidas para conseguir estos objetivos.

Para finalizar, el representante del Grupo Parlamentario Esquerra Republicana afirmó: “estamos de acuerdo en la fiscalidad que se propone porque tiene efectos disuasorios pero tiene que ir acompañado de otras muchas medidas, como la promoción del transporte público”. Este representante político mostró su preocupación por la industria del automóvil, a la que hay que atender en esta transición.

A partir de las exposiciones de los cinco representantes parlamentarios se estableció un debate sobre la utilidad o no de las medidas fiscales. Como ocurrió en la mesa técnica una parte de las argumentaciones estuvo encaminada al impacto que estas medidas puedan tener sobre la población más vulnerable.

A este respecto Nuria Blázquez, autora del informe ‘Mejor Sin Diésel’ explicó que “ no hay que olvidar que las clases más vulnerables son precisamente las que más necesitan los servicios que se ofrecen gracias a los impuestos y se pueden diseñar sistemas de compensación fiscal para que no haya afecciones a la población más vulnerables».

Además, desde el público se recordó que muchas veces se trata al coche como el medio de transporte universal, cuando la cuarta parte de nuestros hogares no tienen automóvil. Garantizar el derecho a la movilidad se debe conseguir con el transporte público, mientras que resulta imprescindible preservar el derecho a respirar aire limpio, y para eso es necesario reducir drásticamente el uso del diésel.

Por último, al cierre de la jornada, desde Ecologistas en Acción se quiso hacer hincapié en que el 50 % de las emisiones de partículas de los vehículos no proceden del tubo de escape sino de resuspensión de las que se encuentran en la calzada, y del desgaste de frenos, embragues y neumáticos. La solución no es solo reducir el diésel, aunque esto es urgente porque tiene un impacto especial en la contaminación atmosférica. Hay que ir a un modelo con muchos menos coches.