Resulta lamentable el ansia de los partidos mayoritarios por copar todas las instancias de la vida social de este país, la ciudad de Cuenca no es una excepción. Lamentablemente, ha sido en el Consejo Social (celebrado el 18 de diciembre), donde se ha manifestado esa tendencia acaparadora y donde hemos asistido una vez más al hurto de la voz del pueblo. El Consejo Social es el supuesto foro de los ciudadanos, el lugar en el que se debe reflejar la diversidad de opiniones, intereses y puntos de vista de los conquenses. Sin embargo, nos han “vendido una moto” que estaba ya llena de ocupantes que se niegan a bajarse de ella .

En los programas electorales de todos los partidos figura en lugar prioritario la participación ciudadana como pilar importante de la acción del gobierno local. En la Agenda 21 local (a la que está adherida la ciudad de Cuenca) el principal pilar de una ciudad sostenible es la participación ciudadana que permita sustanciar los problemas reales que tienen los ciudadanos.

Esto permitiría la solución pacífica de conflictos, así como una mayor implicación y responsabilidad de los ciudadanos en la gestión de lo público (suciedad, recogida selectiva de residuos, conservación del mobiliario urbano, buen uso y conservación de nuestro patrimonio natural y cultural, uso adecuado de los medios de transporte), así como una mayor integración social y solidaridad tanto con nuestros conciudadanos como con los de otros países y con las generaciones futuras.

De nada sirve tratar de imponer modos de conducta más cívicos si el ciudadano no asume como propio el ámbito público. Pero para ello es indispensable conseguir el “Sentido de pertenencia” vinculado a la sensación de capacidad para influir en las situaciones dadas. Pues bien, este sentido de pertenencia debe ser imbuido a la sociedad y para ello se la debe informar y formar si se pretende que haya participación

Pero los partidos mayoritarios han convertido la vida pública en general y el Consejo Social de Ciudad de Cuenca, en particular, en un nuevo escenario de la disputa política y del pavoneo partidista, que pretende anular la diversidad de pensamiento. No entramos ni queremos entrar en ese juego simplificador, y empobrecedor. Los ciudadanos tenemos (cada uno de nosotros) filias y fobias y podemos estar de acuerdo en algo con un partido o con otro, pero la mayoría nos negamos a que la clase política nos encasillen y nos coloquen como peones sin capacidad de reflexión al servicio de una opción política u otra. Al contrario, los ciudadanos tenemos intereses y puntos de vista que exigen la existencia de auténticos órganos de participación.

Lo del pleno del Consejo Social del 18 de diciembre, pasa de castaño oscuro. La Ley dice en el artículo 131, en referencia a la composición del Consejo Social: “…representantes de las organizaciones económicas, profesionales y de vecinos más representativas” y no dice nada de representantes políticos.” Sin embargo las organizaciones sociales (minoritarias en el Consejo) nos veíamos cohibidas por la verborrea machacona de los políticos con el “Y tu más” (en los momentos tensos) o del “y nosotros mejor” (en los ratos más tranquilos) de aquellos políticos (activos y retirados) que no soltaban al micro ni a demanda del Alcalde, a la sazón presidente del Consejo.

Además, los temas a tratar no eran de la incumbencia de gran parte de los representantes de las asociaciones que seguramente, acudieron con la vana intención de llevar sus problemas y preocupaciones al Consejo. Ni siquiera hubo posibilidad de participar a través del “ruegos y preguntas”. Tampoco se sometió a votación lo tratado ni se expresó el destino y calendario de las deliberaciones allí vertidas, lo que podría dejar sin función real al Consejo, en el caso de que sus deliberaciones o conclusiones no tengan consecuencias en la vida pública.

En resumidas cuentas la voz de los ciudadanos apenas se pudo oír en un consejo en el que no existe representación de las AMPAS, las ONG de Desarrollo, o de las asociaciones de: consumidores, juveniles, culturales, deportivas, de asistencia a inmigrantes, a la infancia…

Es evidente que existen multitud de órganos políticos en la administración local: el Pleno, las comisiones, etc. Pero el ámbito social es nuestro, de las organizaciones sociales, de los ciudadanos. Señores políticos (con todo el respeto) no pueden pretender meter sus narices en todo y querer suplantar con sus ideas y trifulcas la opinión de los sectores sociales. Deben devolver poder a los ciudadanos que más que entregárselo a ustedes, parece que se lo arrebatan allí donde tienen su derecho a dejarse oír extendiendo el significado de la democracia más allá del día de las elecciones.

La vida pública es mucho más que la política, los movimientos ciudadanos tenemos inquietudes y (cuando podemos) manifestamos nuestras críticas, pero también propuestas, iniciativas, soluciones. Para ello necesitamos un foro exclusivo para que se nos escuche. En todo caso respetamos la decisión en libertad de atender o no a nuestras sugerencias y reivindicaciones por parte de los responsables del Ayuntamiento y los partidos políticos, por que ellos tienen la responsabilidad de gobernar.

Pero está claro que no quieren escucharnos, prefieren imponer sus recetas aunque sean disparatadas y alejadas de las inquietudes de los ciudadanos a base de inflar los consejos de personas de los partidos.

Mediante estas líneas quiero hacer un llamamiento a todas las organizaciones con compromiso social para constituir una plataforma que haga frente a la política bipartidista, simplificadora y anuladora, para decir alto y claro que queremos y tenemos derecho a participar en la gestión de lo público, en un ambiente no enrarecido por la disputa partidista.

Carlos Villeta López
Representante de Ecologistas en Acción Cuenca en el Consejo Social de Ciudad de Cuenca