Pasado, presente y futuro de las relaciones del movimiento ecologista y el sector pesquero.

Jorge Sáez, Coordinador de Medio Marino; Lydia Chaparro, Responsable de Pesca, ambos de Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 75.

La pesca litoral utiliza una enorme variedad de artes y métodos pesqueros con gran interés cultural y para la sostenibilidad de la propia actividad. Por ello es importante un acercamiento del sector ecologista y el pesquero de litoral, como el que ya se está produciendo, con intención de mantener una gestión perdurable e integral de la costa y de los recursos pesqueros.

En un contexto de unos mares y océanos con ecosistemas sanos y caladeros de pesca con poblaciones de peces en abundancia, se empieza a conformar alrededor a los movimientos ecologistas de diferentes puntos del planeta la necesidad del conocimiento y conservación de los océanos. Eran los años setenta del pasado siglo. Esta situación originó enfrentamientos y luchas entre el movimiento ecologista y los sectores más productivistas y empresariales del sector pesquero en las principales potencias económicas pesqueras; se crearon imágenes y estereotipos –en ambos sectores sociales– de enfrentamientos que aún perduran en gran parte de la población, pero que comienza a cambiar. Sobre todo en la pesca litoral.

Si miramos el legado de la Política Pesquera Comunitaria (PPC), ni pescadores litorales, ni ecologistas hemos salido beneficiados. Puesto que desde la creación de la PPC en el año 1983 y tras la última reforma en 2002 –que pretendía garantizar el desarrollo sostenible de la actividad pesquera desde un punto de vista ambiental, económico y social–, la política pesquera ha tenido un papel muy activo en negociar el acceso a los recursos pesqueros de países lejanos, muchos de ellos empobrecidos –siendo la flota española la principal beneficiada–, pero en cambio no ha sido capaz de prevenir la sobreexplotación de los recursos pesqueros, la sobrecapacidad de la flota o la dependencia a las subvenciones.

Tras todos estos años, además, la gestión se ha basado estrictamente en un pequeño número de poblaciones de peces individuales, sin poner mucho énfasis en los ecosistemas en los cuáles se llevan a cabo las actividades pesqueras, o en los impactos o beneficios de las diferentes modalidades de pesca. Así pues, casi tres décadas de políticas inapropiadas, nos dejan como herencia unas pesquerías europeas en una profunda crisis crónica que abarca todos los ámbitos, el ambiental, económico y social.

La flota litoral de las costas españolas atraviesa una dura y difícil situación que se debe afrontar con ideas nuevas. Los datos nos hacen vislumbrar que, incluso tras haberse destinado millones de euros en recursos públicos, desde 1986 se ha registrado en España una disminución del 38% de capturas desembarcadas, una pérdida de población activa en el sector pesquero superior al 63%, y una disminución de la flota del 48%.

El mercado de importación marca los precios de las especies de interés pesquero, así como el ritmo de consumo de estas. Los datos sobre España son negativos, ya que dos de cada tres pescados consumidos en el Estado proceden de caladeros extracomunitarios y de terceros países. Esta situación repercute en la deuda ecológica y la soberanía alimentaria. Además, esto obliga a aumentar el esfuerzo pesquero por parte de la flota litoral, para poder obtener más pescado y poder competir con los precios impuestos.

Flota artesanal indefensa

Vemos como estas políticas productivistas –totalmente deslocalizadas– han dejado indefensa a nuestra flota litoral. Caracterizada por poseer una alta variedad de artes y métodos pesqueros que nos hacen uno de los países del mundo con más contenido cultural asociado a este sector económico. Toda una fuente rica en información sobre caladeros, rotación de artes, especies locales comerciales, estacionalidad de las capturas, migraciones, e incluso el uso culinario de estas especies.

Esta tradición oral y conocimiento vernáculo, tan diverso a lo largo de la Península Ibérica y sus archipiélagos, corre riesgo de caer en el olvido. Debemos conservar este legado de conocimientos sobre el medio marino. En caso contrario, no solo estaremos poniendo en riesgo la socioeconomía de las comunidades pesqueras en la costa, sino la salud, el desarrollo de nuestra sociedad y nuestro derecho a consumir local.

Coalición pescador-ecologista

Para entender el acercamiento de ambos movimientos sociales –sector pesquero litoral y movimiento ecologista– hay que detenerse en el cambio de enfoque necesario para la correcta gestión de la pesca litoral. Abordando la conservación de los recursos pesqueros desde la conservación y gestión sostenible de la costa. Quizás mejor: abordando una gestión integral de la costa y de los recursos pesqueros, a escala regional y lo más descentralizada posible.

Esto se debe a que la flota litoral depende de pesquerías sustentadas por ecosistemas de alta productividad ecológica y que a su vez, son claves para el equilibrio sedimentario del perfil costero. Estos ecosistemas son las praderas de fanerógamas marinas, bosques de algas pardas, humedales costeros (marismas, estuarios y rías) y arrecifes rocosos con comunidades de alto valor ecológico como rodofitas, cnidarios, etc. Pero gran parte de estos ecosistemas han sido víctimas de la destrucción del litoral, puesto que en la actualidad el 75% de la costa está urbanizada o ha sido declarada como urbanizable, según datos del propio Ministerio con competencias en medio ambiente.

El trabajo conjunto entre el sector pesquero y el movimiento ecologista puede y debe ser clave en la Protección Ambiental del Litoral. Un unión más que nunca necesaria y que podría tener como título Por una pesca con futuro y una costa sana. Uno de los primeros temas a abordar debería ser la identificación de las presiones en torno a los ecosistemas más productivos, y poder así disminuir las agresiones sobre el medio marítimo-litoral. Hablamos de vertidos, desechos de metales pesados de origen industrial, obras costeras, etc., y entre otros muchos puntos en común, se hace además imprescindible actuar conjuntamente frente la amenaza de las prospecciones sísmicas en busca de hidrocarburos en nuestro litoral.

Trabajo conjunto

Ecologistas en Acción y diferentes cofradías de pescadores de la pesca litoral española ya han empezado a colaborar y han elaborado un manifiesto por la supervivencia de la pesca litoral y biodiversidad marina, cómo respuesta a la impunidad con la que operan las petroleras, y demandando la protección de los ecosistemas marinos como fuente de riqueza universal [1].

Ecologistas en Acción y organizaciones como la fundación Lonxanet o WWF España, están promoviendo la creación de Reservas Marinas de Interés Pesquero (RMIP). Cogestionadas entre las entidades pesqueras y la administración competente, con la intención de potenciar una gestión responsable de los recursos, y así contribuir de manera significativa a la Estrategia de Protección de la Biodiversidad de la UE para 2020.

Para restablecer la salud de los ecosistemas marinos es además necesario poner en marcha el principio de precaución establecido por la FAO en 1995; cumplir con el objetivo de explotar los recursos de manera sostenible, a más tardar en 2015, marcado en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo de 2002; crear un enfoque ecosistémico que permita el buen estado de nuestros mares (Directiva Marco de la Estrategia Marina) y aplicar la Política Marítima Integrada en nuestras aguas litorales, dando de esta forma a conocer el alto valor social y cultural del sector extractivo en estas comunidades.

Así pues, el sector pesquero debería encaminarse hacia la conservación de la costa y en la denuncia y formulación de las alegaciones y sugerencias contra proyectos y actividades que destruyan su modo de vida. El movimiento ecologista, por su lado, debería profundizar en la protección y definición de los métodos de gestión de una pesca litoral sostenible, puesto que el sector pesquero litoral es esencial para la economía local en la costa y su conservación va de la mano de la protección del medio marino.

Cuatro objetivos básicos de la gestión pesquera litoral

1. Conocer el grado de sostenibilidad de las pesquerías costeras identificando las problemáticas ambientales, sociales y económicas asociadas a esta actividad en su relación con la conservación de los ecosistemas litorales.

2. Buscar nuevas formas participativas conjuntas con el sector pesquero para hacer más sostenible esta actividad económica, visibilizando la necesidad de conservar los ecosistemas litorales de los que depende; creando un escenario donde intercambiar diferentes experiencias y buenas prácticas.

3. Sensibilizar a la población local y visitante de la importancia de esta actividad y de conservar los ecosistemas litorales.

4. Realizar propuestas de gestión sobre la base de los análisis de los diferentes órganos de cogestión pesquera en el litoral.