La intención del Ayuntamiento de Torrelavega de encargar un estudio que determine la mejor ubicación para un tercer parking subterráneo en la ciudad, es un motivo más para echar de menos un Plan Integral de Movilidad Urbana, que palie de forma integradora e inteligente los impactos que genera el actual modelo de desplazamientos ciudadanos y revierta este fenómeno hacia un modelo sostenible.

Los estudios sobre las distintas áreas de la movilidad (transporte público, aparcamientos, las condiciones de accesibilidad y cercanía a los puntos de interés, carriles bici, restricciones de uso, etc), no son compartimentos estancos, sino que sus características y consecuencias se relacionan de forma recíproca. Dichos estudios sobre los ámbitos de la movilidad debieran estar relacionados entre sí, de modo que todos ellos persigan unos objetivos o fines generales, potenciando así la complementariedad de sus servicios en el resultado conjunto e interdependiente.

De lo contrario, si se actúa de forma aislada sobre ámbitos o factores concretos, sin una estrategia global de la movilidad municipal, aunque se realicen estudios sobre las mismas áreas, la eficacia de estos siempre será menor que si existe una planificación integral.

Existen ejemplos de esta falta de planificación:
- La remodelación de las travesías, donde no se ubicaron bahías para las paradas de autobús.
- La decisión de ubicar la estación de autobuses en la finca de la Carmencita sin criterio técnico y sin resolver los problemas del tráfico en esa zona, ni los requisitos necesarios para conseguir la intermodalidad de los medios de transporte alternativos.
- La construcción del arco norte del boulevard ronda dejando a este trazado sin carril bici como el resto de tramos, desconectando por tanto el trayecto completo del carril bici en todo ese vial.
- La construcción de viviendas demasiado próximas a la zona de transito, dificultando así la ampliación de espacios para automóviles, peatones y ciclistas.
- La construcción adimensionada de la estación de autobuses de la Granja Poch.

Como se puede deducir, estas actuaciones ofrecen un servicio, pero están limitadas en sus dimensiones, o bien recortan la eficacia de otras actuaciones, por haber sido confeccionadas sin una línea estratégica integral definida en base a unos objetivos finales compartidos.

Una planificación integral de la movilidad, posiblemente recomendaría ese tercer parking, pero en este caso lo podría hacer ubicándolo con las características de accesibilidad y cercanía de factores clave en la movilidad, como son: la estación de transporte intermodal que se determine en dicho plan integral; los carriles bici que se establezcan; la conexión de ese parking con los flujos circulatorios que emanen de una regulación del tráfico que disminuya el embotellamiento urbano, etc. y todo ello, con atención especial a los puntos de interés que se extraigan de la revisión del PGOU.

La planificación integral, es un instrumento que además de esas y otras muchas funciones, también es el marco necesario para abordar un tema que ya se debiera estar tratando y que en un futuro nada lejano, se convertirá en ineludible, cual es, la adopción de medidas mancomunadas con otros municipios, para solucionar de forma coordinada y cooperativa, la organización de los medios y servicios alternativos de transporte y desplazamientos que comuniquen ambos territorios.

En este ámbito los lugares de estacionamiento tienen una función preponderante, pero no sin antes planificar y atender a las soluciones de tipo alternativo e intermodales que resuelvan las congestiones en las entradas y salidas de la ciudad.

Son ya demasiadas las ocasiones en las que se han dado palos de ciego en las políticas municipales al respecto, las cuales son ocasiones perdidas para trabajar adecuadamente en la dirección correcta y, también, un derroche económico y una profundización en la ineficiencia gestora de los bienes y recursos municipales.

La política integral de la movilidad urbana requiere de cierta audacia, compromiso y responsabilidad política, que no se está sabiendo tener en Torrelavega, tanto por parte del equipo de gobierno, como de los partidos de la oposición que no apuestan por resaltar esta necesidad en su tarea de oposición.

Nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer bien las cosas, pero también es cierto que a medida que pasa el tiempo y se realizan obras de relevancia sin una estrategia integral, más lastrado y con más limitaciones se encontrará la deseable planificación, si algún día se lleva a cabo.