La Central Térmica de Mequinenza causaría un aumento significativo de la contaminación por ozono en un radio de 60 km o más, según un estudio encargado por el INAGA.

Uno de los aspectos que se está revelando como crucial en el proceso administrativo que debe autorizar o no la central térmica de lignito que está proyectada en Mequinenza es el determinar cuál es la calidad del aire del municipio y cuál sería el impacto que produciría en el entorno de Mequinenza el aumento de las inmisiones contaminantes provenientes de dicha central y que se sumarían a la contaminación previa a su construcción o preoperacional. Por ello uno de los aspectos en los que ha insistido Ecologistas en Acción es que debía hacerse un estudio previo para determinar cuál es la calidad del aire en Mequinenza y el modo en que se dispersarían los contaminantes producidos por la central térmica en valles y poblaciones vecinas.

Como consecuencia de ello, suponemos, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), que es quien debe autorizar o no la central térmica, encargó un informe de la calidad del aire a la Dirección General de Calidad Ambiental, que llevó a Mequinenza una de sus estaciones móviles de medida de contaminantes, al mismo tiempo que encargó a la Fundación Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) un estudio sobre el efecto que produciría la central térmica en los niveles de ozono troposférico del entorno de Mequinenza. Aunque el ozono troposférico (gas que contamina la parte baja de la atmósfera) no es emitido directamente por las centrales térmicas éstas si que emiten grandes cantidades de sus precursores, como por ejemplo óxidos de nitrógeno. Estos precursores, en combinación con los efectos que provoca en ellos la radiación solar en primavera y verano, generan ozono, gas tóxico que daña la vegetación y los pulmones de las personas.

Ecologistas en Acción, como parte interesada en el procedimiento administrativo de autorización de la central térmica, pudo acceder el pasado 22 de febrero a parte de las medidas de contaminantes efectuadas en Mequinenza durante el año 2007, las correspondientes al ozono, y al estudio del CEAM sobre cómo afectaría la central proyectada a los niveles de ozono en esta área geográfica.

Tal como ha hecho saber al INAGA, en un escrito de alegaciones finales contra el proyecto, de los datos obtenidos sobre las medidas de ozono y el estudio del CEAM se deduce lo siguiente:

1).- La Central Térmica de Mequinenza haría aumentar de un modo significativo los niveles de ozono troposférico en un radio aproximado de 60 km o más alrededor de su ubicación, dependiendo de las condiciones atmosféricas, en especial el régimen de vientos, el que unas poblaciones se vean más o menos afectadas. Entre las poblaciones afectadas figurarían poblaciones tanto aragonesas como catalanas llegándose incluso al caso de afectar a los niveles de ozono de la ciudad de Tarragona.

2).- Bajo la influencia de esta central térmica las superaciones de los niveles máximos de ozono troposférico en medias octohorarias (medidas en bloques de 8 horas), que no deben sobrepasar los 120 microgramos/m3 más de 25 veces al año según lo legislado para proteger la salud humana en el año 2010, año en que estaría en funcionamiento la central térmica, se incrementarían en el área de influencia de Mequinenza en torno a 10, 12, 15 o más días al año, según zonas y condiciones meteorológicas, causando así un daño significativo en la salud humana. Con relación a la protección de la vegetación también haría aumentar de un modo relevante los niveles máximos indicados por la normativa ambiental.

3) En el caso de Mequinenza, que sería una de las poblaciones más afectadas, los máximos octohorarios de ozono que se han medido entre los años 2005 y 2007 pasarían, bajo la influencia de la central térmica, de 22 superaciones anuales a 32, superando así el máximo legal (en el año 2010) de 25 veces por año.

4) Si los precursores del ozono que emitiría la central térmica afectan a un entorno de 60 km o más es de esperar que los otros contaminantes también afecten a las poblaciones vecinas, por lo que deberían hacerse más estudios al respecto.

5).- La gran pregunta que Ecologistas en Acción lanza al aire es la siguiente: si una central térmica, como la de Mequinenza, provoca este impacto… ¿qué sería de esperar con el efecto combinado de las tres centrales térmicas proyectadas en esta área, en Mequinenza, Fayón y Ribarroja del Ebro, que en conjunto emitirían de 7 a 8 veces los precursores de ozono que se contemplan en el estudio del CEAM?

Para Ecologistas en Acción ha quedado demostrado, como indica toda lógica, que este tipo de centrales, además de contribuir notablemente al calentamiento global del clima, afectan a la salud humana y provocan daños a la vegetación, y por ello solicita al gobierno aragonés y catalán que no autoricen más centrales térmicas y que, a cambio, promuevan el ahorro, la eficiencia energética y las energías renovables.