Desde su origen, la Unión Europea es un proyecto económico
que ha buscado un mercado europeo unificado y la proyección
de sus multinacionales y capitales hacia el exterior. Ahora
su desafío es convertirse en una superpotencia mundial.

El Tratado de Lisboa, que sustituye a la difunta Constitución
Europea, sirve a este fin, ya que:
Blinda una UE neoliberal. El crecimiento económico y la
competitividad son los grandes objetivos de la UE (art. 3 y protocolo
nº6). La Unión trabajará para eliminar los “obstáculos”
al libre comercio mundial (art. 10A y 188B), garantiza la libre
circulación de capitales (art 56 y 57-3), y apuesta por la liberalización
e interconexión del mercado energético (art 1176A).

Además, la nueva estrategia de la Unión (Europa Global:
compitiendo en el mundo) persigue “mantener su competitividad
en el mercado mundial intensificando sus esfuerzos
para crear oportunidades para sus empresas en terceros países.
Para construir empresas fuertes, la UE también deberá
crear un entorno más favorable a las empresas dentro de sus
propias fronteras”.

Con la Carta de Derechos Fundamentales se recortan los
derechos ambientales y sociales (como el del trabajo, salud
o vivienda digna). También se abre la puerta al desmantela7
miento de los servicios públicos dejándolos sujetos a las normas
de la competencia (art. 86 y 87).

Es claramente antidemocrático. Los países más ricos (Alemania,
Francia, Reino Unido) tendrán más peso. Se profundiza
la UE de “varias velocidades”, donde los menos poderosos
tendrán cada vez menos capacidad de decisión. Se aumentan
los ámbitos en los que las decisiones se tomarán en la UE y no
a nivel estatal. El Consejo y la Comisión mantienen la mayoría
del poder legislativo y ejecutivo, mientras que el Parlamento
sigue cumpliendo un papel subalterno. El Banco Central Europeo
no tiene ningún control democrático.

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De la CEE a la UE “superpotencia mundial” (Roma, 1957-Lisboa, 2007)
(Revisado febrero 2008)

Aumenta el poder militar de la Unión para respaldar el
euro. Se aumentan los gastos militares (art 27-3). También
se potencian los euroejércitos y la pertenencia a la OTAN (art
27-7). Además se apoyan los “ataques preventivos” (doctrina
Solana, art. 28).

Este Tratado está en la línea del proceso de construcción
de la UE, lo que genera una dinámica en la que:
La UE destruye el entorno, ya que su construcción implica
un distanciamiento cada vez mayor entre los lugares de
producción y consumo, que son conectados a través de las
grandes infraestructuras de transporte y de conexión energética.

Esto implica miles de km2 de asfalto y hormigón; el
incremento de las emisiones de CO2 a la atmósfera (que producen
el cambio climático); o la segmentación del territorio,
lo que amenaza aún más la biodiversidad. Además, la UE es la
segunda emisora de gases de efecto invernadero del planeta
en términos absolutos (el 24%) y per cápita.

La UE aumenta las desigualdades, ya que el control de la
inflación y el déficit son objetivos de la UE, pero no así elimi8
nar el paro y la precariedad. La Unión no recoge el derecho a
una renta básica de las iguales o el de poder habitar en una
vivienda digna. Además a las personas inmigrantes no se les
reconoce derechos tan básicos como el lugar de residencia o
el voto. Esto queda reflejado en cifras, ya que en el seno de la
UE más de un tercio de la población activa esta en situación
precaria: 19 millones de parados, 21 millones de contratos
precarios, 33 millones a tiempo parcial y un número creciente
de asalariados sin papeles (inmigrantes y nativos). Además,
la diferencia salarial de las mujeres respecto a los hombres
es del 28%, y la UE deporta o rechaza a 500.000 personas
cada año.

La UE recorta las libertades, ya que en Bruselas hay 15.000
lobbistas que se dedican a presionar para que las legislaciones
que emanen de la Unión sirvan a los intereses de los grandes
capitales. Además la participación popular está cercenada
para permitir que las decisiones se tomen de forma más ágil.
Por último, con la coartada del terrorismo, la UE y sus estados
miembros están recortando las libertades de la población.

La UE tiene un carácter crecientemente militarista al
aparecer tropas de la Unión en distintos lugares del globo
(Líbano, Kosova, Haití, Sudán, Bosnia…), se está creando un
sistema de posicionamiento vía satélite en todo el globo que
tendrá aplicación militar (el Galileo), los euroejércitos cada
vez están más dotados y tienen mayor capacidad de intervención
exterior, y se ha aprobado la “Doctrina Solana”, por
la cual la Unión puede intervenir militarmente en cualquier
lugar del globo en defensa de sus intereses.

Baladre, CGT y Ecologistas en Acción