Verdegaia y Ecologistas en Acción consideran que la certificación de gestión forestal sostenible FSC (Forest Stewardship Council) atribuída a la empresa Norte Forestal (NORFOR) es un fraude. La entidad certificadora SGS otorgó a esta empresa del Grupo ENCE el certificado FSC para las 12.000 hectáreas de superficie forestal que gestiona en Galicia, Asturias y Cantabria, a pesar de no cumplir todos los requisitos necesarios para ello. Si la dirección de FSC internacional no pone fin de una vez a esta situación, Verdegaia y Ecologistas en Acción dejarán de mostrar su apoyo al sistema de gestión forestal sostenible FSC, la única certificación forestal que han respaldado hasta el momento.

SGS mantiene el certificado FSC a NORFOR desde el año 2004, a pesar de no haber sido capaz de demostrar hasta hoy que la empresa del Grupo ENCE practica una gestión forestal acorde con los principios y criterios del sistema FSC. La falta de rigor y de profesionalidad de la auditora SGS motivó una reclamación de la APDR, Greenpeace y WWF/Adena, apoyada por Verdegaia y Ecologistas en Acción, entre otras organizaciones ecologistas. Como consecuencia de ella, los Servicios de Acreditación del FSC Internacional (ASI) abrieron el año pasado una investigación sobre la certificación de SGS a NORFOR. La conclusión de esta investigación debería llevar a la cancelación del certificado FSC a NORFOR a corto plazo. Otro desenlace entendemos que sería nefasto para la credibilidad del sistema FSC, especialmente en el Estado español, dadas las numerosas evidencias tanto de los incumplimientos de los estándares FSC por NORFOR como de la parcialidad de la labor de auditoría realizada por SGS.

La gestión de NORFOR en los montes que posee o arrienda, cubiertos casi totalmente con plantaciones intensivas de eucalipto, está lejos de poder considerarse sostenible según los estándares del sistema FSC. Entre otras razones, por ser muy poco transparente y abierta a la participación de partes interesadas, como por ejemplo asociaciones de defensa ambiental; por apenas promover un aprovechamiento multifuncional y multiproductivo del monte; por non garantizar la prevención de la erosión de los suelos y el mantenimiento de su fertilidad; por suponer una pérdida importante de diversidad biológica; o por no proteger los espacios con alto valor de conservación.

El nivel de exigencia ambiental del sistema FSC es mayor que el de la legislación, pero esto es fruto sobre todo de la debilidad del marco legal existente, más que de la fortaleza de FSC. Esto resulta bien evidente en el caso particular del eucalipto en el norte de España, cuyas plantaciones todavía se pueden localizar y manejar sin apenas restricciones ambientales, a pesar de los desastrosos resultados de la expansión masiva y desordenada del eucalipto registrada en las últimas décadas. No es extraño pues que una empresa como NORFOR pueda gestionar montes provocando graves daños ambientales sin que las Administraciones autonómicas de Galicia, Asturias o Cantabria, con competencias en materia de política forestal, hagan nada por evitarlo.