Ante la inminencia del acuerdo entre el Gobierno de la Generalitat y el de España para solucionar la falta de recurso hídrico asociado a la sequía, Ecologistas en Acción y Greenpeace se oponen enérgicamente a la actual propuesta de suministrar agua a las Cuencas Internas de Catalunya a través de la prolongación del minitrasvase.

Ambas organizaciones ecologistas han criticado hoy el último plan del Gobierno para proveer de agua utilizando la infraestructura del “minitrasvase” de Tarragona para trasladar 40 de los 120 hectómetros cúbicos propiedad de los regantes. Según afirman Ecologistas en Acción y Greenpeace se trata de un trasvase, es “irresponsable” y “no es la solución”.

Las dos organizaciones ecologistas coinciden en señalar que la sequía ha sido la excusa perfecta para permitir a las fuerzas políticas de izquierda desenterrar la interconnexión de redes con el trazado entre Tarragona y Vilafranca del Penedès, via Olèrdola, una variante del proyecto de interconexión de redes CAT-ATLL, que ya había propuesto CIU en el año 2002 (DOGC 3692 de 5 de agosto de 2002) y a la cual en su momento se opusieron las organizaciones ecologistas, el movimiento social e incluso los componentes del actual gobierno catalán tripartito. La propuesta actual sólo se diferencia de la de CIU en que utiliza el trazado de la autopista para evitar la demora que ocasionaría la expropiación de los terrenos prevista en la opción de CIU del 2002.

También lamentan la falta de interés del Gobierno de Catalunya por dar una solución ecológicamente sostenible al problema de la falta de agua dado que, pese a estar vigente des del 3 de abril de 2007 el Decreto de medidas excepcionales y de emergencia para la gestión de los recursos hídricos como medida de prevención para asegurar al máximo los usos del agua para el abastecimiento de la población frente al escenario de sequía, éste ha sido solamente un problema de Conselleria cuando debería haber sido un tema prioritario para el obierno de la Generalitat. Gobierno que ha tenido que acabar aceptando una propuesta trasvasista a la que los partidos que lo constituyen se oponían cuando estaban en la oposición.

Ecologistas en Acción y Greenpeace consideran que esta opción de llevar agua del Ebro a las cuencas internas de Catalunya entierra definitivamente la Nueva Cultura del Agua. Las dos organizaciones lamentan que no haber sido escuchadas en sus reivindicaciones de medidas de ahorro y una gestión más eficaz del agua, lo que a su juicio ha desembocado en un punto en el que deben tomarse, como iempre, soluciones desesperadas que crean dependencias irreversibles entre cuencas y encienden guerras territoriales por el agua, y no aportan sostenibilidad al territorio de Catalunya.

Igualmente opinan que esta solución abre la puerta a futuras “transferencias puntuales” a otras cuencas como las del levante español y Andalucía, e, incluso, a la reabertura del trasvase del Ródano, la opción más costosa para los consumidores. De este modo, se da por finiquitado el programa AGUA, y la desalación, la opción última para estas organizaciones ecologistas, desaparece como alternativa para quedar como una ación más de apoyo al trasvase de agua entre cuencas.