Ecologistas en Acción considera que la insostenible política de transporte y consumo energético en la región madrileña produce, desde abril a septiembre el llamado smog veraniego, o contaminación por ozono troposférico.

Este contaminante no sale de ningún punto de emisión, sino que se produce por la reacción solar sobre los gases que emiten los vehículos esencialmente. Desde el mes de abril hasta final del verano este fenómeno se repetirá día tras otro en muchas localidades de la Comunidad de Madrid con fuerte repercusión sobre plantas, edificios y, lo peor, sobre la calidad de vida de las personas.

La acción de este contaminante invisible, eso sí, pero presente en lugares que en apariencia gozan de supuesto “buen aire”. En nuestra región son, normalmente, los lugares más alejados de zonas de contaminación habitual por tráfico o industria, los que registran los valores más altos de ozono troposférico.

Por otro lado, son cada vez más contundentes y alarmantes los efectos perniciosos de este gas en la salud de las personas además de ser un Gas de Efecto Invernadero (GEI), mucho más potente que el mismo CO2.

El pasado fin de semana, con fuerte radiación, solar se dieron muchas superaciones del Umbral de Protección a la Salud ( superación de la media en 8 horas consecutivas de 120 ug/m3) en diversas localidades:

El sábado 26, se superó este umbral en 11 localidades:

Algete, El Atazar, Orusco, Alcalá de Henares, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Coslada, Colmenar Viejo, Collado-Villalba, Arganda y Rivas -Vaciamadrid.

El domingo 27, se supera en 8 localidades, debido a que hubo algo de nubosidad y menos tráfico en la región al ser festivo:

Algete, El Atazar, Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz, Coslada, Colmenar, Collado- Villalba y Orusco de Tajuña.

Algunas de estas localidades estarán, durante los meses próximos hasta septiembre, en una nube de ozono durante las horas de radiación solar. Esto condicionará la vida cotidiana de personas, desde cansancio inexplicado hasta dolores de cabeza, como síntomas más leves, pero la comunidad científica ratifica la incidencia del ozono en los fenómenos de episodios cardiacos y vasculares ( trombosis e infartos cerebrales). La afección a la vegetación, tanto la natural como la de cultivos está contrastada en muchas especies y ámbitos geográficos.

Ecologistas en Acción manifiesta la falta de voluntad del Gobierno de la Comunidad de Madrid para atajar la contaminación de ozono ligada a la política de movilidad, transporte y urbanismo de la región. La puesta en marcha de políticas contundentes en estos ámbitos es más que nunca necesaria, así lo entienden en muchas regiones y países europeos. Madrid sigue la huida hacia delante con un Plan de Carreteras descabellado, actuando así de manera diametralmente opuesta a lo que se debería hacer para combatir la contaminación de este y otros contaminantes