Ecologistas en Acción se suma a las protestas de científicos y empresas de avistamiento de cetáceos ante las maniobras militares de alto impacto realizadas en plena Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo. Calderones, delfines, cachalotes y la única población de orcas del sur de Europa, son especies que residen o pasan temporadas en el Estrecho de Gibraltar y muchas de ellas con sus crías recién nacidas. También es destacable que nos encontramos en plena la temporada de almadraba destinada a la pesca del atún rojo.

Entre las 9 de la mañana y las 12 durante los días 8 y 9 de mayo de 2008, se han desarrollado maniobras militares en la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía – Marruecos, en la que habitan varias especies de cetáceos, entre las que destacan los cachalotes, un mamífero marino que precisamente en esta época del año se ve con asiduidad en la zona.

Para Ecologistas en Acción el hecho de efectuar maniobras militares de cualquier índole en este área durante esta época puede acarrear consecuencias podrían ser muy negativas para la importante comunidad biológica marina de la zona. Asimismo, podría perjudicar al tejido empresarial asentado en Tarifa, como es el de las empresas de avistamiento de cetáceos. Además, hay que señalar que no solamente son afectadas las poblaciones de cetáceos, sino que también se pueden ver afectadas diversas especies de peces con una importancia comercial como el atún rojo.

Estudios en otras zonas con alta densidad en cetáceos y donde se realizan maniobras militares, como es el oeste de Escocia, han demostrado que este tipo de actividades podría resultar en impactos directos letales. Operadores de avistamiento de cetáceos de la zona observaron una disminución notable en el número de avistamientos durante la temporada de maniobras militares, lo que también puede repercutir, a la larga, en problemas alimenticios y reproductivos de las especies.

El previsible impacto que se pueda producir sobre las poblaciones y migraciones de cetáceos, hay que reseñar que las maniobras militares se presentan también como una amenaza sobre el correcto funcionamiento de las pesquerías. Se ha podido observar que los peces sufren un cambio en el comportamiento ante el impacto de ondas sonoras. Han sido descritas lesiones en órganos vitales de peces como vejiga natatoria, ojos, oído interno y línea lateral.

Estas maniobras se producen en plena la temporada de almadraba destinada a la pesca del atún rojo [1], especialmente vulnerable ante los impactos que causan las maniobras militares.

Ecologistas en Acción denuncia además que la realización de estas prácticas entra en contradicción con el Real Decreto de Protección de Cetáceos que recientemente ha entrado en vigor, la Ley de la Biodiversidad y Patrimonio Natural, la Directiva Hábitat europea de protección del delfín mular, o la recomendación de reducción de velocidad en el área del Estrecho, por lo que pedirá explicaciones a los Ministerios de Defensa y de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.

Notas

[1] Atún rojo (Thunnus thynnus)

En primavera, entre mayo y junio, los atunes del Atlántico oriental, cruzan el Estrecho en busca de las cálidas y tranquilas aguas del Mediterráneo para efectuar el desove. Es por ello, que el Estrecho de Gibraltar, se presenta en estas fechas como un punto geoestratégico en la migración de estas especies.

El atún rojo se aproxima mucho a las costas españolas en estas fechas, momento en que se utiliza la almadraba, arte de pesca ancestral y de alto valor cultural, que consiste en un entramado de redes que van desde la superficie hasta el fondo del mar y que forman una trampa de pasillos que conducen a los atunes a una trampa en alta mar.

En la provincia de Cádiz contamos con 4 almadrabas: Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa. Éstas son de alta importancia comercial, debido a la demanda de su recurso a nivel internacional, presentándose Japón como el país más demandante.

Los atunes del Atlántico Oriental alcanzan su madurez sexual aproximadamente a los 5 años, alcanzando el metro y medio de longitud, atraviesan el Estrecho de Gibraltar para efectuar su puesta en el mar Mediterráneo, que posee unas aguas más tranquilas y cálidas que las del Océano Atlántico.

Los peces óseos como el atún son especialmente vulnerables a las maniobras militares, debido a que los intensos sonidos dañan la vejiga natatoria, la cual se encuentra llena de aire y utilizan para posicionarse en la columna de agua. El rango de frecuencias de sonidos al que son más sensibles está en torno a los 500 Hz.