Según la Agencia Europea de Medio Ambiente el 85% de las zonas costeras están en situación de riesgo alto o moderado por presiones diversas. El modelo de desarrollo del litoral es claramente insostenible, por lo que el movimiento ecologista se planteó dar señales de advertencia y ofrecer alternativas a estas agresiones. En el año 1999, Ecologistas en Acción comenzó una campaña pública de denuncia de aquellas playas o tramos del litoral que sufrían vertidos contaminantes o agresiones urbanísticas, siendo merecedoras del baldón “Bandera Negra”. En el caso de que estos impactos fueran de menor gravedad o de carácter esporádico, se les distinguía como “Punto Negro”.

La motivación que nos mueve a conceder ambos “galardones” sigue siendo la misma: informar a los gaditanos y a todos los usuarios de las playas del estado ecológico en el que se encuentran y exigir a las autoridades una mayor diligencia en la protección del medio ambiente litoral. La distinción “Banderas Azules” que persiguen los Ayuntamientos costeros, ha demostrado con creces ser un camelo, carecer de rigor y concederse en función de intereses meramente turísticos, por lo que se le ha retirado el aval de la UE. La autodenominada “Fundación Europea de Educación Ambiental” sigue otorgando estos pseudogalardones, sin ofrecer ninguna credibilidad.

La costa gaditana tiene 180 kilómetros, de los que 138 lo abarcan sus 40 playas, siendo un espacio vital para las actividades turísticas. Aunque en algunos casos la fuerte dinámica litoral del mar diluye los vertidos, consideramos totalmente inaceptable que, a estas alturas, se produzcan vertidos de aguas residuales al mar sin depuración de ningún tipo, incumpliendo flagrantemente la obligación legal de depurar todos los vertidos a las aguas continentales y marítimas, que establece el Real Decreto 509/1996 de tratamiento de las aguas residuales urbanas. La Directiva 91/27 de la UE fijó como fecha tope el 31 de diciembre de 2000 para que todos los municipios litorales de más de 15.000 habitantes equivalentes depuraran sus aguas residuales. Pero no es solamente la calidad de las aguas el criterio que hemos seguido a la hora de otorgar «Banderas Negras», también hemos tenido muy en cuenta las agresiones urbanísticas, que lamentablemente se están generalizando en el litoral gaditano, provocando impactos ecológicos y paisajísticos que pueden ser irreversibles.

El propósito que nos mueve con esta iniciativa no es ahuyentar el turismo ni castigar a los ayuntamientos que mantienen en mala calidad sus playas o promueven agresiones urbanísticas; creemos que el mantenimiento del buen estado de las aguas y de las playas es una exigencia ineludible que contínuamente vemos incumplida, a pesar de que el mayor y mejor atractivo turístico es ofrecer una costa en perfecto estado de salud ambiental, además de ser uno de los compromisos de «desarrollo sostenible» emanados de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro y plasmados en el documento aprobado en enero de 2000 para el Desarrollo Sostenible de Andalucía (Agenda 21 Andalucía). Deseamos que los ayuntamientos que se han ganado a pulso este baldón, lo asuman como un requerimiento para que saneen sus playas y pongan fin a la degradación ambiental del litoral.

Necesitamos que se aplique la Directiva de Prevención y Control Integrados de la Contaminación de 1996 y la Directiva Marco de Aguas de 2000 , marcándose objetivos de calidad, mejora y recuperación ambiental del litoral. Necesitamos pasar de un crecimiento cuantitativo a un desarrollo cualitativo, corrigiendo los atentados al medio ambiente preferentemente en la fuente misma. Hay que actualizar el obsoleto Programa de Vigilancia Sanitaria de la Calidad de Aguas de baño, que tiene 25 años de antigüedad, por una norma que incorpore nuevos parámetros fisicoquímicos y microbiológicos.

Las novedades de las Banderas Negras de este año son escasas, pero en asuntos urbanísticos son realmente alarmantes: parece haberse abierto la veda de construir más y peor en las franjas costeras que todavía presentan un paisaje atractivo. Las moles de edificios que se están construyendo ilegalmente en la playa de Atlanterra (Tarifa), las macrourbanizaciones de Novo Sancti Petri o La Ballena, o el caos urbanístico de parajes excepcionales como El Palmar, Zahora, Caños de Meca… representan el paradigma de lo que no se debe hacer en la costa.

A partir de estas consideraciones, hemos decidido conceder Banderas Negras a las siguientes playas y franjas costeras:

1ª. Caño Sancti Petri en San Fernando.

Recibe las aguas negras de 100.000 habitantes sin ningún tipo de tratamiento. Denunciado reiteradamente en el Ayuntamiento, Delegación de la Consejería de Medio Ambiente, Juzgados y la Unión Europea. Extremado riesgo de afección a la salud de la población (zona de pesca y marisqueo) y al medio ambiente (dentro del Parque Natural de la Bahía de Cádiz). La Estación Depuradora de Aguas Residuales de Cádiz – San Fernando todavía no está en funcionamiento, superando la fecha límite que marca la Directiva.

2ª. Playa de El Palmar en Vejer.

Por la proliferación de edificaciones en primera línea de playa fuera de toda ordenación urbanística, carentes de suministro de agua potable y de saneamiento, con un acuífero contaminado y salinizado. El caos urbanístico llega al extremo de invadir sin miramientos el dominio público marítimo-terrestre y destrozar una playa privilegiada.

3ª. Playa de Caños de Meca (Mari Sucia y La Laja) en Barbate.

Edificaciones en el dominio público marítimo-terrestre, ausencia de depuración, sin red de abastecimiento de agua potable, sin alcantarillado, contaminación del acuífero costero. Se trata de aguas de baño y pesca. La urbanización «Playas del Estrecho» tiene depuradora, pero no funciona.

4ª. Playa El Carmen en Barbate.

Por recibir las aguas contaminadas del río Barbate, cargado de pesticidas de los regadíos de su cuenca media y baja, y las aguas residuales de la población al llevar dos años sin funcionar la EDAR y verter las aguas residuales sin depuración ninguna.

5ª. Playa de Atlanterra en Tarifa.

Edificaciones desmesuradas ocupando ilegalmente suelo que no está clasificado como urbano. Destrucción de cordones dunares de alto interés ecológico. Carencia de infraestructuras básicas para el suministro de agua y la depuración de los vertidos.

6ª. Tramo costero de Algeciras.

La mayor parte de las aguas residuales de Algeciras vierten a la Bahía sin depuración. Existen vertidos en la dársena del Saladillo, en Isla Verde (donde se pretende construir la Estación depuradora), en el Paseo de la Conferencia, en la playa de Los Ladrillos y en el río Palmones.

7ª. Playas(?) de Campamento, Puente Mayorga y Guadarranque en San Roque.

Vertidos sin ningún tipo de depuración a la Estación de San Roque, Taraguilla y Miraflores al río Guadarranque y de Puente Mayorga al arroyo de los Gallegos. Vertidos directos industriales y urbanos a la bahía de Algeciras. Degradación de las playas, invasión del dominio público marítimo-terrestre, problemas sanitarios por dermatitis, conjuntivitis y hongos. Reiteradas denuncias administrativas y judiciales contra CEPSA por vertidos industriales.

8ª. Playa de Poniente en La Línea.

Vertidos urbanos sin depurar directamente a la playa, cerrada por contaminación en los últimos veranos, rellenos portuarios y por la carretera del desdoble hacia la frontera de Gibraltar. Constantes denuncias ante el ayuntamiento de La Línea. Máximo riesgo sanitario. Vertidos directos a la playa de Levante desde la disceladora (tritura las heces).

9ª. Litoral gibraltareño.

Vertidos urbanos e industriales sin depurar a la bahía de Algeciras por el Guasi y al levante junto al vertedero de basuras urbanas a lo largo de 10 kilómetros, problemas sanitarios, continuos rellenos para edificaciones, carreteras y aeropuerto. Denunciados ante la Unión Europea.

Además, consideramos que existen otras situaciones que, sin revestir la gravedad de lo anteriormente reseñado, sí se hacen acreedoras de ser «Puntos Negros» y, caso de no corregirse, serían candidatas a Banderas Negras la próxima temporada. Estos «Puntos Negros» del litoral gaditano son:

1. Playas de Bajo de Guía y San Salvador, en Sanlúcar de Barrameda, por verter aguas residuales al arroyo del Salto del Grillo que llegan hasta la playa. Además, la Colonia Agrícola de Monte Algaida no tiene ningún tipo de depuración y las aguas fecales van al acuífero costero.

2. Playas de La Calzada y Las Piletas en Sanlúcar de Barrameda.

Por verter aguas fecales al arroyo canalizado que desemboca en la playa, como evidencian las arenas negras y las algas bioindicadoras de contaminación. Denunciado judicialmente el año 1999.

3. Playas de Camarón, Cruz del Mar y Regla en Chipiona.

Estas playas reciben la influencia negativa del vertido de las aguas residuales urbanas sin depurar que se vierten al mar por un emisario submarino.

4. Playa de La Ballena en Rota y Chipiona.

Modelo de macrourbanización de segundas residencias y campos de golf ambientalmente insostenible, por el alto grado de consumo de recursos naturales: agua, suelo, paisaje…

5. Playa del Hotel Playa de la Luz en Rota.

Usurpación del dominio público marítimo-terrestre por el Hotel Playa de la Luz y destrucción del sistema dunar por construcción de viviendas.

6.- Playa de Fuentebravía en El Puerto de Santa María.

Construcciones de edificios en el acantilado y rellenos en la playa. Mal funcionamiento de la depuradora, con malos olores y vertidos insuficientemente depurados.

7.- Playa de La Muralla, La Calita y El Aculadero en El Puerto de Santa María.

Estas playas reciben la influencia negativa del vertido de las aguas residuales urbanas insuficientemente depuradas desde la EDAR Las Galeras que se vierten al mar por un emisario submarino. En la Playa del Aculadero hay esporádicamente vertidos de aguas residuales sin tratar por el emisario de pluviales.

8. Playa de La Victoria en Cádiz.

Por el enorme despilfarro energético y la agresiva contaminación lumínica que representan los más de 200 focos de alumbrado con 2.000 vatios de potencia cada uno.

9.- Playa de Novo Sancti Petri en Chiclana.

Por soportar las urbanizaciones de «alto standing» que han sepultado los cordones dunares, destruido pinares y enebrales, y ocupado terrenos de dominio público marítimo-terrestre. Este modelo depredador de recursos naturales se está extendiendo a la colindante urbanización Lomas de El Puerco (rebautizada Lomas de Sancti Petri).

10. Playas y acantilados de Roche en Conil.

Por permitirse edificaciones destruyendo el acantilado, ocupando terrenos de dominio público marítimo-terrestre y eliminando especies protegidas como el enebro marítimo.

11. Playa de Bolonia en Tarifa.

Por sufrir los vertidos de aguas negras al Arroyo Alpariate y la proliferación de edificaciones ilegales que están deteriorando un paraje de excepcional valor paisajístico que está previsto se incluya en el futuro parque natural del Frente Litoral Tarifa-Algeciras.

12. Playa de Paloma Baja en Tarifa.

Proliferación de construcciones ilegales con pozos negros en terrenos que incluidos en el futuro parque natural del Frente Litoral Tarifa-Algeciras.

13. Playa de Los Lances en Tarifa.

Vertidos directos a la playa a la altura de la urbanización de Las Cañas. Acumulación de bolos de alquitrán en la playa. El municipio de Tarifa, con más de 20.000 habitantes, no depura sus aguas residuales.

14. Playa de Palmones en Los Barrios.

Recibe los vertidos de los ríos de las Cañas y Guadacortes, a pesar de contar con sendas depuradoras que no funcionan bien. Por soportar toda la contaminación de Acerinox, polvo procedente de la acería y acumulación de sacos con material radioactivo (Cesio-137) a pocos metros de esta playa. Vertidos también en el río Guadarranque.

Ecologistas en Acción considera necesario incorporar a los análisis microbiológicos y fisico-químicos que establece el control sanitario oficial de las aguas de baño (Real Decreto 734/1988), analítica para evaluar la presencia de metales pesados como arsénico, zinc, cromo, níquel y plomo, ampliando los puntos de toma de muestras y la periodicidad de éstas. Los informes del Programa de Vigilancia Sanitaria de la Calidad de Aguas de Baño son claramente insuficientes y arrojan pocas garantías.

Por último, hacemos un llamamiento a los usuarios de las playas para que colaboren en su limpieza, llevando las basuras a los contenedores más próximos, no enterrando los cigarrillos en la arena, prescindiendo de los vehículos con motor en la playa, evitando las motos náuticas en las zonas de baño, y controlando la contaminación acústica.

Confiemos en que estas «distinciones» de banderas negras se truequen en verdaderas banderas azules de aguas y arenas limpias y de un litoral ecológicamente saludable y libre de las agresiones urbanísticas para el año próximo.