Ecologistas en Acción considera que el primer año de gobierno del nuevo equipo municipal ha sido negativo, al no comprobarse ningún avance significativo en materia medioambiental a pesar de la creación de una concejalía de Medio Ambiente.

La creación de una concejalía de Medio Ambiente no ha supuesto, al menos hasta el momento, ningún cambio en la tendencia desarrollista e irrespetuosa con el medio ambiente del anterior equipo de gobierno.

La ciudad de Córdoba no se puede permitir una concejalía florero, necesita una concejalía de Medio Ambiente capaz de influir en la ordenación del territorio y en la planificación urbana de la ciudad. Sin embargo, la realidad nos muestra otra situación bien diferente. La concejalía de Medio Ambiente ha manifestado una total subordinación al Área de Infraestructuras y a la Gerencia de Urbanismo, careciendo, por tanto, de autonomía política. No se le ha transferido el mínimo de competencias y funciones, acunadas actualmente en otras concejalías, que le hubiese otorgado un peso político que finalmente no tiene dentro del propio consistorio. Esto ha llevado a que las actuaciones de tal concejalía de Medio Ambiente se hayan reducido en su primer año de existencia a una mera gestión administrativa del Jardín Botánico y del Zoo(i)lógico. Por el contrario, en ningún momento se ha visto su intervención en los grandes problemas medioambientales que asolan nuestro término municipal.

Los grandes déficits del año que ahora concluye podrían resumirse en los siguientes:

1. Permisividad ante las actuaciones residenciales ilegales, en especial, en la Sierra. Nuestro colectivo ha denunciado durante el primer semestre del año, más de una decena de nuevas construcciones presuntamente ilegales en lugares de alto valor ecológico como las Siete Fincas, las proximidades de Campo Bajo, Castro Picón, Puerto Artafi, etc. Según se expone en el informe anual de la Fiscalía de Medio Ambiente, este año ha visto incrementado en un 90 % este cáncer de nuestra Sierra.

2. La Agenda Local XXI se encuentra prácticamente estancada ante la falta de iniciativa del gobierno municipal. El nivel de participación activa de la población es nula. El casi 100% de los ciudadanos desconocen la existencia de un Plan de Acción asociado a la Agenda XXI.

3. La Concejalía de Medio Ambiente está totalmente marginada del proceso de elaboración del Plan Especial de la Sierra. Y lo más lamentable, el titular de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Córdoba acepta y asume la situación con aparente normalidad.

4. Los responsables de la Concejalía de Medio Ambiente no han sido capaces de aprobar una ordenanza, muy avanzada y heredada del anterior gobierno, de Recuperación del Uso, Conservación y Protección de los Caminos Públicos Municipales, así como Fuentes, Abrevaderos y Alcubillas Públicas del Término Municipal de Córdoba.

5. Nuestra ciudad destaca en el panorama nacional por ser una de las localidades con mayores niveles de contaminación atmosférica, con previsibles efectos sobre la salud pública. Ante tal situación, los responsables municipales han minimizado públicamente los datos ofrecidos por la Junta de Andalucía y eluden posibles responsabilidades.

6. La promesa electoral de aumentar la masa arbolada de la ciudad para amortiguar el Cambio Climático y para hacer más hospitalaria la ciudad en verano, se ha visto reducida a cero. No existe una planificación de plantación masiva de nuevos árboles y arbustos.

7. El compromiso político de actuar en las zonas ajardinadas preexistentes con el objetivo de disminuir la excesiva artificialidad y espíritu arquitectónico, evitando la tendencia actual de zonas ajardinadas convertidas en una parte más del mobiliario urbano, también ha sido incumplido.

8. Después de un año, el trabajo desarrollado desde el Consejo Municipal de Medio Ambiente se puede considerar prácticamente nulo. Debería convertirse en un espacio de encuentro que sirviese para ir abriendo camino a una verdadera democracia participativa.

Finalmente, y como aspecto positivo, destacaríamos permanente accesibilidad y cercanía del Concejal hacia los grupos ambientalistas de la ciudad. Y siempre con una actitud abierta, y desde una disposición a apoyar las actividades que requieren de recursos con los que no cuenta habitualmente los colectivos sociales que trabajan en el ámbito de la ciudad.