Los corales también sufren estrés debido a factores como el cambio climático y la polución, que han provocado que un tercio de estos constructores de arrecifes esté en peligro de extinción.

Esta es la principal conclusión del primer gran estudio mundial sobre el estado de conservación de los corales, una iniciativa conjunta de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y de Conservación Internacional, realizada con el fin de incluir a estas especies marinas en la Lista roja de especies amenazadas.

El estudio muestra que las principales amenazas que afectan a los corales son el cambio climático y presiones locales como la pesca destructiva, así como la calidad del agua afectada por la polución y la degradación de los hábitats costeros.

El alza de las temperaturas por los cambios climáticos llevan al blanqueamiento del coral, un resultado de su respuesta al estrés y que les hace más débiles y frágiles frente a las enfermedades.

Los investigadores predicen, además, que la acidificación de los océanos entraña una nueva amenaza grave para los arrecifes de coral.

Dado que las aguas absorben cantidades crecientes de dióxido de carbono de la atmósfera, la acidez del agua aumenta y su pH baja, lo que tiene un gran impacto en la capacidad de los corales de construir su esqueleto, que es la base de los arrecifes.

Por regiones, el Caribe cuenta con el mayor número de especies de coral muy amenazadas (en peligro y en peligro crítico de extinción).