El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha propuesto al Ministerio de Industria la imposición de cuatro sanciones graves y de dos leves a los explotadores de la central nuclear de Ascó (Tarragona). El monto total de la multa correspondiente oscilaría entre los 9 y los 22,5 millones de euros, de ser aceptadas las sanciones por el Ministerio de Industria.

Éstas serían las sanciones más duras de la historia de la industria nuclear española. Sin embargo, estas cantidades aún no resultan disuasorias para evitar una repetición de los hechos acontecidos en Ascó o para evitar que se produzcan otros de similar gravedad.

La nueva ley de Seguridad Nuclear adolece del defecto fundamental de que las sanciones a aplicar a los explotadores por las infracciones cometidas no son disuasorias. La máxima sanción, a aplicar en el caso de infracción muy grave, está fijada por la Ley en 30 millones de euros, lo que vendría a ser la facturación de las dos unidades de Ascó durante unos 10 días. Claramente, ni las cantidades fijadas por el CSN en este caso, ni las dadas por la Ley, son suficientes para convencer a los explotadores de centrales nucleares de que antepongan la seguridad a su beneficio.

El CSN ha identificado seis infracciones, cuatro de ellas graves y dos leves. Para Ecologistas en Acción, al menos dos infracciones deberían ser calificadas como muy graves: la ocultación de los hechos, acompañada de la apertura de la central a las visitas de público, incluidos niños, y la manipulación de los medidores de radiactividad. Las consecuencias del incidente podrían haberse visto enormemente agravadas por la actitud de los responsables de la planta, que continuaron la explotación de la central como si no hubiera pasado nada, permitiendo el acceso de niños y el acarreo de sustancias radiactivas por camiones de chatarra. Para la organización ecologista el CSN debería ser más riguroso con los explotadores, aplicando al menos dos sanciones muy graves. Asimismo, esta asociación solicita del Ministerio de Industria la máxima contundencia a la hora de aplicar las sanciones.

Por otra parte, Ecologistas en Acción saluda la aprobación del Plan PROCURA y el endurecimiento de las medidas de inspección con la incorporación de un inspector residente más, pero lamenta que todas estas medidas se hayan tomado a posteriori, cuando ya se ha producido la fuga.

Durante los pasados meses hemos asistido a una serie de incidentes en las centrales nucleares españolas, de los que el de Ascó es el más grave, que ponen de manifiesto una degradación de la seguridad de estas instalaciones y de la ausencia de las Buenas Prácticas necesarias para reducir al máximo el riesgo en la operación de las plantas nucleares.

Ecologistas en Acción piensa que la actitud en exceso condescendiente del CSN ha permitido llegar a este punto. La organización ecologista pide, pues, mayor rigor de esta institución para evitar estos incidentes que merman la seguridad de las centrales nucleares y denuncia que se haya perdido una primera oportunidad.