La existencia probada de una especie botánica catalogada como “en peligro de extinción” tanto en la legislación española (Ley 42/2007) como andaluza (Ley 8/2003) en la zona donde se están ejecutando las obras de los parques eólicos Mostaza y Tejonero, exige la paralización cautelar de este proyecto de energías renovables promovido por Desarrollos Eólicos.

Parece evidente que se han cometido dos errores en la identificación de esta planta amenazada, primero por parte de la empresa promotora (o de la consultora que hizo el Estudio de Impacto Ambiental) y luego por parte de la Delegación Provincial de Medio Ambiente de Cádiz, que tampoco se enteró de la existencia de este endemismo a la hora de realizar la Declaración de Impacto Ambiental (D.I.A.).

El vigente Plan Supramunicipal de Ordenación de Infraestructuras de los recursos eólicos en la comarca de La Janda, aprobado el 12 de mayo de 2003, valora esta zona como “compatible” para el establecimiento de parques eólicos, pero no obstante, recoge la necesidad de proteger con prioridad los taxones de especies de flora silvestre amenazada, como es el caso de la Euphorbia gaditana. La negligencia de no haber considerado la existencia de esta planta amenazada en la pedanía Los Naveros a la hora de decretar la D.I.A. por parte de la Delegación Provincial, no puede ser subsanada con el mero “recorte” de un aerogenerador, cuando no sabemos el grado de afección que este proyecto ya ha provocado. Los cambios no deben ser solamente de “limitación” en el número de aerogeneradores, sino de modificación de todo el proyecto para garantizar la preservación de la planta amenazada.

La D. P. de Medio Ambiente debería sopesar las responsabilidades jurídicas que se derivarían si se demuestra la denegación de protección y la destrucción de flora amenazada. Nos consta el exceso de celo a la hora de tramitar anteriores proyectos eólicos, pero dada la animadversión que la energía eólica despierta en muchos colectivos gaditanos y los errores de planificación eólica en Tarifa, existen argumentos más que sobrados para no repetir tropiezos y hacer todo lo que exige la Ley para que el patrimonio natural gaditano no sea amenazado.