Lo que debemos saber sobre la tecnología de plasma para tratar los residuos , que pretenden instalar en Alcalá de Henares.

Alcalá se enfrenta a un nuevo reto

Nuestro vertedero para depositar los residuos urbanos
tiene una vida útil limitada. Es necesario buscar otro
lugar y otro sistema de gestión que debería situarse en
la senda de lo sostenible.

El Ayuntamiento de Alcalá, junto a otros municipios del
entorno, parecen decididos a ir en dirección contraria,
al apostar decididamente por un modelo derrochador e
insostenible.

Se prevé la construcción de una planta de plasma.
Una especie de incineradora de residuos que utiliza
una tecnología más avanzada y cara, pero no exenta de
riesgos y problemas.

Este sistema quemará miles de toneladas de residuos
que deberían recuperarse y reciclarse. Además, supone
ignorar el problema de raíz, el de reducir en origen la
producción de basuras.

Más contaminación atmosférica, menos salud

Tanto las tecnologías de arco de plasma como
de incineración crean gran cantidad de gases
peligrosos que deben ser tratados por equipos de
control de la contaminación. En ambos casos hay
riesgos de generación de productos de combustión
incompleta (PCI) como dioxinas, bifenilos pliclorados
(PCB) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP),
excesivamente dañinos para la salud y el medio
ambiente.

Las dioxinas se concentran en el tejidos grasos de los seres vivos.Producen:malformaciones, alergias,retraso en el desarrollo y/o cáncer

No se dispone de datos completos sobre la eficiencia
en la destrucción de estos productos tóxicos, ni de sus
impactos sobre el medio ambiente y la salud humana,
pues las hasta ahora existentes son experimentales o
para pocas toneladas.

Con la tecnología de plasma se destruyen recursos
que podrían aprovecharse. Se trata de un sistema
caro que frena el desarrollo de tecnologías limpias y
resulta incompatible con el desarrollo de programas de
separación de basuras.

Despilfarro de energía

Sólo la construcción de la planta se ha licitado en 100
millones de Euros, si bien existe la posibilidad de que esa
cantidad de dinero público aumente considerablemente.
Además, el elevado gasto de funcionamiento
tecnológico y energético irá cada vez a más, con el
aumento del urbanismo en la comarca.

Operar un sistema de plasma es costoso y en general
requiere una enorme cantidad de electricidad.

Un peligro a la puerta de casa

Los arcos de plasma operan a temperaturas mucho
más altas que los incineradores convencionales. El
arco en sí no puede ser apagado instantáneamente,
por lo que si alguna vez se produjera un fallo
en el crisol o en la cámara que contiene el arco,
podría producirse una explosión de consecuencias
impredecibles.

Nosotros la tendríamos a sólo 1 kilómetro de la
población.

Nuestra propuesta

¿Es de sentido común quemar miles y miles de
toneladas anuales, en vez de recuperar todos sus
materiales: metales, plásticos, compost, etc.?

La energía que se genera es a base de millones
de residuos recuperables. Desde la óptica de la
sostenibilidad es necesario apostar por:
- El compostaje es un proceso controlado
y acelerado de descomposición de las partes
orgánicas de los residuos. Da lugar
a un producto estable llamado
“compost”, formado por restos
orgánicos, microorganismos,
oxígeno y agua, que se
puede usar para abonar los
suelos, obtener combustibles
y para diversos cometidos.
- El reciclaje es una manera de
aprovechar nuestras basuras para otros productos
igual de útiles para nuestro uso cotidiano.

Ubicación inaceptable

El nuevo lugar para tratar los RSU (Residuos sólidos
urbanos) pretende ocupar cerca de 59 hectáreas,
situadas en una de las zonas más interesantes de la
ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves) de las
estepas cerealistas de Alcalá, afectando a numerosas
especies cada día más escasas.

El impacto se extenderá a otros recursos como el aire,
el suelo, el agua o el paisaje.

Otro proyecto de iniciativa municipal que muestra un
total desprecio por nuestro patrimonio natural.

Desconfianza razonable hacia la administración

A pesar de las buenas palabras de nuestros gobernantes,
estamos habituados a descubrir cómo el alegado “interés
general” para desarrollar estos proyectos es más que
cuestionable cuando observamos que implican una
pérdida de la calidad de vida, una afección a la salud y un
importante deterioro ambiental.

El movimiento ecologista ante el problema

El tiempo y las evidencias aplastantes nos han dado
la razón en muchas de nuestras s denuncias como
la energía nuclear, el agotamiento de los recursos
pesqueros, la desaparición de especies y espacios
naturales, el calentamiento global…

Y ésta, la de la incineradora de plasma, no es ninguna
excepción. El modelo por el que se apuesta no atajará
la crisis de los residuos del modelo insostenible actual y
supondrá un deterioro notable de los valores naturales
únicos de la ZEPA.

Apostemos por el sistema
más ecológico, económico
y seguro:

REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR