- Río Segura
La situación de grave riesgo ecológico que padecen la mayor parte de las cuencas hidrográficas del País Valenciá no está poniendo en alerta a las administraciones para la puesta en marcha de programas que permitan la recuperación y conservación del Júcar y el Segura. Más bien al contrario, las políticas de urbanismo y agricultura depredadoras están agravando, aún más, la delicada situación de estos ecosistemas hídricos.
En el Día Mundial del Agua celebrado en marzo de este año, Ecologistas en Acción denunciaba que las aportaciones a los cauces se han reducido entre 1996 y 2005 en un 15%, con respecto a los valores medios obtenidos en el periodo 1940-1995, según los datos que se obtuvieron del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Dichos datos ponen en evidencia los límites de la disponibilidad de un bien fundamental para la vida, y son especialmente preocupantes en la cuenca del Segura, donde la reducción ha sido próxima al 40%.
La principal causa que apuntábamos era la intensificación de los efectos del cambio climático, especialmente por el aumento de temperaturas que ha incrementado la evaporación del agua de los ecosistemas hídricos. En este contexto las políticas que definen los usos del agua siguen caracterizándose por fortalecer un consumo insostenible. En las cuencas del Mediterráneo el crecimiento urbano se caracteriza por ser de carácter turístico, con abundancia de piscinas, jardines y campos de golf, con un retorno muy inferior (menos del 50%), al del abastecimiento urbano convencional (80%), lo que incrementa notablemente su incidencia sobre el volumen final de recursos hídricos disponibles.
Una de las herramientas para frenar el urbanismo desaforado han sido los informes negativos que pueden proporcionar las Confederaciones Hidrográficas ante planes urbanísticos que no aseguren la disponibilidad de agua. A través de esta legislación, la Confederación Hidrográfica del Júcar ha emitido informes negativos sobre decenas de miles de viviendas de nueva construcción. Esta posibilidad de limitar la insostenible demanda de agua urbana está ahora en peligro, la propuesta de Decreto de Evaluación Ambiental Estratégica planteada por el Consell, el 31 de octubre, supone no incluir en la elaboración de la Memoria Ambiental el contenido de las consultas a las administraciones de costas, aguas y carreteras sobre la existencia de recursos hídricos para satisfacer las nuevas demandas.
La insostenibilidad en la gestión del agua en el País Valenciá llegó a ser sorprendente cuando los regantes del municipio de Villena (Alicante), donde los acuíferos cuentan con la “declaración provisional de sobreexplotación”, anunciaron en mayo la venta de agua a una planta embotelladora que la empresa Danone pretendía construir en el municipio. Esta actuación de los regantes de Villena demostró lo innecesario del trasvase Júcar-Vinalopó, justificado en una carencia de agua en esta última comarca.
El panorama descrito muestra la necesidad de exigir a las administraciones valencianas que paralicen todo plan urbanístico que tenga un informe negativo de las Confederaciones Hidrográficas con respecto al abastecimiento de agua. En Ecologistas en Acción también se ve necesario reclamar que la Generalitat y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino tomen medidas dirigidas a la urgente recuperación y conservación de los ecosistemas hídricos que forman parte de la cuenca del Júcar y el Segura.